Sección: Tiempo de Crecer
"Tiempo de Crecer"
Es el Ministerio básico de la emisora; de hecho es el nombre del primer programa que hicieron Pablo Lucero y su esposa Liliana a partir de 1988.
El objetivo principal siempre fue la predicación de la Palabra de Dios, mediante un desarrollo sencillo de la enseñanza doctrinal y de restauración.
TEMAS TRATADOS EN ESTA SECCIÓN
1. Bosquejos Bíblicos
2. Reflexiones Generales
3. Productos de Tiempo de Crecer
4. Archivo
Están a su disposición los Programas del Ministerio Tiempo de Crecer en el año 2020, para que Ud. solicite el que le interese y nosotros le enviaremos el link correspondiente.
Youtube - Tiempo de Crecer Argentina
ARTICULOS DE PABLO LUCERO
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EL FUEGO DE DIOS
Debajo de esto un pueblo dominado por … ¿dos pensamientos?. No. Dominados por un pensamiento. Atrapados por la seducción de Jezabel. Había sacerdotes, siervos de Dios seducidos a la fornicación de Jezabel.
Elías por mandato de Dios profetiza ante el pueblo: “Por mi palabra dejará de llover y no volverá a llover si no es por mi palabra”. Y dejó de llover durante tres años y medio.
Elías se encuentra con Acab y éste le recrimina al profeta: “¡¿Eres tú el que turbas a Israel?!”
¡Benditos turbadores! El Señor levante siervos que se pongan delante de Dios, listos para sacudir el polvo de maldad e incredulidad asentado en los corazones de su pueblo.
Elías juntó las piedras del altar. NO HAY FUEGO SIN UN ALTAR PREPARADO.
Elías había estado todo el día viendo cómo los falsos profetas gritaron, danzaron, lacerándose las espaldas con látigos, pidiendo a su dios que mande fuego sobre su altar. Ellos también tenían un altar… y leña.. y un sacrificio… los falsos también sacrifican ¡y creen!.. ¡y se esfuerzan ¡… ¡ y claman!........pero el fuego no apareció.
El fuego era la señal del verdadero Dios.
Pasaron las horas sin resultados. La decepción, el desengaño, las mil preguntas. El lógico mutismo, la expectación sobre el holocausto de ese hombre solitario que sin embargo tuvo la osadía de declarar al pueblo ambiguo en su Fe y fidelidad a Dios: “Por mi palabra no lloverá y por mi palabra volverá a llover” y no llovió durante tres años y medio.
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DETALLES DE UNA BODA
(Basado en Mateo 22)
Nada tan frustrante para un Rey como el desaire de sus amigos y conocidos hacia su hijo en el día de su casamiento. Parecía que se hubieran puesto de acuerdo para no ir a la fiesta ninguno de ellos.
Detalle 1
Estas personas no eran las mejores socialmente pero entraron a las Bodas. ¿Así como estaban?... Claro que no. Se deduce que han debido bañarse, y sobre todo cambiar sus ropas harapientas por otras limpias, finas, dignas de la ocasión.
¿Cómo llegamos a esta deducción? Porque una vez que empezó la fiesta, sin importar el origen de cada participante, todos estaban vestidos de ropas finas y limpias.
Por supuesto que cada uno estaba aseado. Las puertas se habían abierto pero debieron bañarse, quizás cortarse el cabello o afeitarse. Peinarse, perfumarse. Estar presentables. Pero había un hombre al cual el Rey vió sin las vestiduras apropiadas, ropas aún sucias, su cuerpo sin asearse y se lo recriminó duramente, porque no faltaban los recursos para el cambio, y así no podía estar allí.
Llamando a sus siervos lo hizo echar fuera del palacio real.
No importa la vieja y trágica vida que los hizo ser rechazados socialmente. El Rey los hizo limpiar, y vestirse con nuevas vestiduras, dignas de esa ocasión. No podían entrar y permanecer como antes, como allá fuera. Este hombre desestimó la situación; no valoró el lugar ni el valor de esa Fiesta de bodas.
El Rey llamó a la gente pobre. ¿Están cerradas las puertas a la gente rica? No. Como dijo Jesús a sus discípulos cuando el joven rico se alejó rechazando la propuesta el Señor.
No importa si es rico o si es pobre. Sano o enfermo. El versículo 10 dice que el Rey ordenó llamar a todos, incluso buenos y malos. Él los haría dignos. Los que antes había invitado no eran dignos. (Vers. 8).
Lavados, limpiados y vestidos de lino fino, blanco y resplandeciente para poder entrar dignamente a la presencia de Dios el Día de las Bodas del Cordero, es el requisito.
Él nos ha hecho dignos por su Sangre y por el lavamiento del Espíritu Santo. Leamos Tito 3:4 al 8:
Detalle 4.
Zacarías 3 muestra la importancia de las vestiduras dignas de todo cristiano.
Y el Señor amonestó a Josué a cuidar esa obra en vida.
Detalle 5.
Apocalipsis 20: 9 dice: “Bienaventurados los que son llamados a la cena de las Bodas del Cordero”, pero dentro del contexto, debemos recordar que nuestras vestiduras deben ser dignas del tal ocasión.
En Apocalipsis 22: 14 dice: “Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.
15 Mas los perros estarán fuera, y los hechiceros, los fornicarios, los homicidas, los idólatras, y todo aquel que ama y hace mentira.
¿Vemos diferencias de estatus social?...¿Notamos diferencias de clases, o razas, edad, experiencias ministeriales, o cargos religiosos o años de antigüedad en el cristianismo?
Colosenses 3: 12 dice: “ Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia”.
La Iglesia compuesta por todos los cristianos fieles del mundo entero ya está preparada. Ha aceptado la invitación. Ha lavado sus ropas en la Sangre del Cordero y se apresta a entrar.
Dice en Apocalipsis 19:7 “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.
Aquel hombre creyó que podía entrar igual, total el Rey invitaba a todos, pero no entendió que debía estar a la altura de un invitado digno.
No somos salvos por las obras, pero ellas, si son fruto de una vida consagrada a Dios, serán como esa vestidura santa.
¡Hermosa Palabra!
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CONTROL ADUANERO
NO OS ENGAÑEIS… DIOS NO PUEDE SER BURLADO.. TODO LO QUE EL HOMBRE SEMBRARE, ESO TAMBIÉN SEGARÁ. (Gálatas 6:7)
Lo hemos leído muchas veces. Hasta lo conocemos de memoria ¿No es así?
Hoy les propongo intentar entenderlo mejor, pese a que quizás creemos que no hace falta.
¿Qué significa básicamente “Burlado”… Dios no puede ser “Burlado”?...... ¿Es acaso someterlo a una burla, burlarse de Él?
Te comparto una historia ficticia, que de hecho suele suceder, y apelo a tu imaginación:
Nuestro personaje ficticio se llama Positivo Tudobem, de 41 años.
Positivo se dirige a un país extranjero en su auto. El vehículo anda bien; tiene el combustible necesario. Lleva comida para el viaje; dinero para los gastos; ropa y abrigo; elementos de higiene, es decir, todo lo que cree necesitar.
Pero tiene un problema: el vehículo no tiene la transferencia a su nombre, por ende no tiene la titularidad del mismo y según le han dicho no lo dejarán cruzar la frontera ya que la Aduana es muy rígida en estos trámites.
Para colmo de males, no ha tramitado una visa para poder entrar a ese país. Ni siquiera se preocupó de conseguir un contrato laboral para justificar el ingreso y la permanencia allí
Lo han prevenido, pero desestimó el consejo. Aparte según algunos amigos que viajaron (según ellos), en la Aduana no pasa nada, los guardias son macanudos y te saludan y te dejan seguir. No pasa nada. “Aparte Dios me va ayudar”, piensa.
No ignora que los controles aduaneros se han puesto muy exigentes, no solo para salir del país, sino mucho más para entrar al país extranjero.
Todo el viaje, de maravillas. Linda música pasan por las emisoras radiales. Buena comida en los puestos al costado de las rutas. El tiempo acompaña y el paisaje muy bonito. Aire puro. Naturaleza en crudo. Todo perfecto. Demasiado perfecto.
Unos pocos kilómetros antes de la frontera, un gran cartel señala la proximidad de la Aduana y las indicaciones reglamentarias para sujetarse a los controles de rigor, tanto de documentación, como de equipaje o valores transportados.
A Positivo Tudobem le viene a la mente que su automóvil no está con la documentación necesaria, ni tiene los permisos para ingresar a ese país y aunque sus amigos le dijeron que no pasa nada, tiene cierta preocupación.
Hay una larga fila de autos detenidos sobre la ruta que esperan que se los habilite para ingresar al predio aduanero y presentar la documentación. Nuestro amigo está preocupado pero trata de disipar sus pensamientos.
El tránsito está detenido, así que baja del auto y se pone a conversar con otro conductor que también bajó de su auto para estirar las piernas. Entre charla y charla, le habla:
-“¡Qué fila más larga!... ¿Por qué va tan lerda?”
-“Lo que pasa es que los controles son minuciosos, muy estrictos. No se les escapa nada. Le revisan todo. Y si no tiene todos los papeles le sacan el auto y hasta pueden detenerlo”, le contesta el hombre.
Positivo revisa mentalmente su situación y se le cruza por la cabeza, bajar de la ruta e ir costeándola entre los árboles para cruzar sin que lo vean los guardias del puesto de control, pero desiste cuando ve un móvil de las autoridades de frontera con las balizas encendidas rodeando a un vehículo por allá lejos, que intentaba lo mismo que él planeaba.
Su preocupación aumenta; también su nerviosismo. Le sudan las manos; está muy inquieto y trata de calmarse o su actitud despertará sospechas cuando deba presentar su documentación. Y esa gente conoce mucho y se daría cuenta de que algo está mal.
Empezó a repetirse: “Tú puedes…Tú puedes… Tu puedes”
Pensó en volver atrás; regresar, pero el camino es muy lago y no tiene tanto combustible. Tiene que cruzar sÍ o sí, y cargar en la estación de servicio más próxima.
Llegando a la zona del control, un guardia muy atento y amigable, lo saluda y le pregunta adonde viaja; le indica que más adelante hay un playón de estacionamiento y ahí se le indicará lo que debe hacer.
Muy atento el funcionario; despierta confianza. Le sonríe, le habla bien.
-¿Lindo día nos tocó hoy, no?
-¡Sí!, dice el guardia… Está muy lindo para comer un asadito en familia…. Pero bueno, hoy me toca trabajar…
- ¡Y yo de viaje!... pero mañana será otro día… ¡Ud vive cerca de aquí?
Y el guardia sin perder su simpatía le responde como si se conocieran…
-No, vivo lejos, pero vengo unos días y después del turno vuelvo a mi provincia. Tengo esposa y tres chicos…
-¡Oh!...¡Qué hermosa familia!... Me imagino que debe estar ansioso por volver…
-¿¡Qué le parece!?... bueno, que tenga buen viaje, adiós…
El funcionario se dirige a otro vehículo.
El señor Positivo Tudobem se tranquiliza y presume para su propia calma, que las cosas no deben ser tan terribles y que sin dudas todos son macanudos y nadie le pondrá problemas para cruzar.
Pero al llegar al playón, toda esa paz se diluye, cuando un gendarme, seriamente lo enfrenta con el saludo militar y sin dejar de ser cortés le indica que baje del vehículo, que abra el baúl y todas las puertas y le entregue la documentación del vehículo para cotejar su titularidad y las condiciones que le permitan el cruce fronterizo.
Positivo le entrega todo y le indican que vaya hasta una oficina y ahí debe presentar toda la documentación que le permita visitar el país extranjero.
El funcionario administrativo nota que su situación es irregular y por eso no puede cruzar la frontera. Para colmo Positivo, sin que nadie lo sepa, lleva un Documento de Identidad falsificado que rápidamente es detectado. El administrativo llama por teléfono y aparecen dos gendarmes que ingresan a la oficina y le hacen saber que quedará detenido por la falsificación de documento de identidad, y a todo esto se le suma el informe del control del vehículo, que el mismo no le pertenece y no puede acreditar ser su propietario.
¡Tamaño problema! …
Positivo se dio cuenta que no solo esa loca idea de cruzar entre los árboles era imposible sin ser descubierto, sino que estos controladores se comportaban amablemente, pero con firmeza.
Se puso serio; un raro nerviosismo le hizo temblar las piernas y no podía controlarlas.
Estos controles no pueden ser burlados. Estos funcionarios saben lo que hacen. Es uno el que no sabe lo que hace ¿O se hace el que no sabe?
Volvamos al texto bíblico:
Esto es un ejemplo de “NO PUEDE SER BURLADO”. Hagamos lo que hagamos, habremos de pasar por un control estricto.
Quizás tenemos una idea equivocada, producto de los malos consejeros, de esos que hablan mucho pero quizás nunca “viajaron”. ¿Qué dicen ellos?... “¡Pero sí, metele para adelante!... ¡No pasa nada…!
“NO OS ENGAÑEIS… DIOS NO PUEDE SER BURLADO… TODO LO QUE EL HOMBRE SEMBRARE, ESO TAMBIÉN SEGARÁ”… ¿Entiendes ahora?
No hay nada oculto que no haya de ser descubierto. Dios ve más allá que el ojo humano. Conoce no solo el corazón, sino lo que hay en lo más profundo; conoce las intenciones.
El Señor todo lo sabe y te previene a tiempo, antes que debas pasar por ese control.
Solemos disfrutar “el viaje”, pero no siempre salimos con todos” los papeles”. Las muestras de simpatía quizás nos hagan pensar que El Señor es débil u olvidadizo, o permisivo o como se dice ahora “inclusivo”, no queriendo que nadie se pierda.
Dice la Palabra: “Huye el impío sin que nadie lo persiga” (Proverbios 28); eso suele pasarles a las personas que van por la vida despreocupadamente (por fuera), pero por dentro hay un cierto temor escondido, un miedo disimulado detrás de la apariencia de seguridad. Suelen estar a la defensiva, como temiendo ser descubiertos.
Creo que todos tenemos asumido que algún día se sabrá quién puede cruzar y quién no.
NO OS ENGAÑEIS… DiOS NO PUEDE SER BURLADO…. TODO LO QUE EL HOMBRE SEMBRARE, ESO TAMBIÉN SEGARÁ.
¿Notaste lo que significa “No os engañéis?”. Que otro te engañe, es un problema; a veces te vuelve víctima de la mentira… ¿¡Pero engañarte a Ti mismo?!.
Sabes, conoces la verdad… Es posible que no sea otro quien te mienta, sino que Tú mismo te mientas, que te engañes a Ti mismo... Increíble.
Dice Pablo a los Romanos: “Lo que de Dios se conoce, ya fue revelado, de modo que no tienes excusa”.
Ese día, el señor Positivo Tudobem sufrió pérdidas, y fue sancionado. Recordó a sus amigos. Le habían mentido, pero Positivo sabía la verdad y se engañó a sí mismo. No estaba en lo que pensaba o creía. Al llegar al control se sintió defraudado, consigo mismo por sobre todo.
¿Lo has entendido?. Piénsalo. Tómate el tiempo. Compártelo con otros. Analízalo a la luz de la Palabra de Dios. Puede ser muy edificante y aclarador.
Dios te bendiga.
Pablo Lucero/2021
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VENGA TU REINO.
Una de las cortas frases de la oración de Jesús, que conocemos como el “Padrenuestro”.
Como les escribí antes sobre esta oración, cada palabra, cada frase tiene un contenido muy importante y básico para una oración consciente, real y reflexiva.
VENGA TU REINO.
Dos cosas: Un reino. Con un Rey, con su autoridad y dominio. Habla de Dios. Y otra cosa: ¿Queremos que venga a nuestra vida?... ¿Queremos que Él Señor reine en nuestras vidas? ¿Estamos dispuestos a sujetarnos a sus mandamientos, a cumplir su soberana voluntad?
Rápidamente muchos responderían que sí. Veamos un caso bíblico que debe ser leído varias veces si es necesario, para entender, para comprender lo que pasó y qué resultados tuvo en lo inmediato y con el paso de los años y siglos. Hasta nuestros días, podríamos decir.
Me acordaba esta mañana del término “Eben-Ezer”. Muchos creen que significa “Hasta aquí nos ayudó Jehová”, pero no es así. El término significa “Piedra de ayuda”, en otras palabras: “Dios es nuestra roca firme, nuestra ayuda”.
En pocas palabras: Dice en 1 Samuel 7 que el pueblo de Dios era rebelde; una conducta repetitiva. Dios los perdonaba, los bendecía y luego volvían a confiarse y a rebelarse contra Dios.
En una ocasión el profeta Samuel, siendo juez de Israel, único tipo de gobierno, llamó al pueblo a volverse a Dios, a dejar los ídolos, entregar sus corazones al Señor y él los libraría de los filisteos, enemigos acérrimos del pueblo de Dios. Eternos enemigos.
El pueblo reaccionó bien; quitaron los ídolos y empezaron a servir a Jehová de todo corazón. Entonces Samuel reunió a todo el pueblo para orar por ellos. La gente ese día ayunó y oró buscando a Dios. Enterándose los filisteos que todo el pueblo estaba reunido en un solo lugar prepararon un ataque de sorpresa, fulminante contra los judíos, lo que causó gran temor. Pero Dios actuó con poder y sacudió la tierra, el cielo, algo muy raro que les dio temor. Dice la Palabra que “Jehová tronó con gran estruendo”. Evidentemente no fue un terremoto; a campo abierto no era un problema; solo había que esperar que pase: pero aquel estruendo fue terrible y ellos supieron que era la intervención de Dios, y huyeron, pero el pueblo de Israel salió y los hirió venciéndoles.
Samuel erigió una especie de monumento: Una piedra. Solo una piedra y la llamó Eben Ezer, como diciendo: “Dios, Tú eres nuestra Roca de ayuda” y agregó la conocida frase: “Hasta aquí nos ayudó el Señor”.
Tremenda bendición. Podríamos decir: Inolvidable. Pero como solía pasar, el pueblo volvió a decaer.
Volvamos a Eben Ezer: ¿notaron algo singular en esta expresión?... ¿pensaron en el significado, en las connotaciones de esas palabras? .. ¿Les parece que dicen algo más pero que no se lee ni se oye?
Pensaba. “Hasta aquí….” Evidentemente hasta ese momento, Dios los había ayudado, los había sostenido. Dos mil años después también nosotros decimos “Eben Ezer, HASTA AQUÍ nos ayudó Jehová”. ¿Hasta aquí?... ¿Y de aquí en más, qué pasará?... ¿Seguirá ayudándonos?
Me da la sensación de que Samuel profetizaba sobre ese pueblo. Hasta ese momento Dios los había sostenido con mano fuerte. Era lógico. ¿Qué otra cosa se puede esperar de un Rey tan poderoso que amaba a su pueblo?. Recordemos cómo los ayudó en la travesía por el desierto tras salir victoriosos después de 430 años de esclavitud en Egipto, y cómo los sacó el Señor.
40 años caminaron por un desierto hostil. No había árboles ni agua, ni sombras. El agua que hallaron era ácida, no potable, pero el Señor la endulzó (Mara). No tenían pan, pero el Señor les mandó con el rocío de la mañana una pequeña semilla, rara, desconocida. La molían transformándola en una harina exquisita. Y la llamaron “Maná” que significa “¿Qué es esto?”. El Salmo 78: 25 lo identifica como “Pan de Nobles”, algo sumamente especial.
La ropa nunca se les rompió ni se envejeció. Tampoco el calzado. Quisieron comer carne y Dios les enviaba codornices que caían del cielo, servidas prácticamente; no tenían que ir a buscarlas.
El desierto es muy frío de noche. Los cubrió con una columna de fuego que los calentaba y los iluminaba si debían caminar. El desierto es muy caluroso de día. El ser humano no sobrevive más de dos días sin agua y con temperaturas superiores a 50°C. Los protegió bajo una nube que estaba sobre ellos todo el día y todo el trayecto. Y ante la falta de agua, les mostró una Roca de donde salió agua pura y fresca, como de manantial. El Señor les dio lo mejor. Siempre. Dice San Pablo: “Y esa Roca era Cristo”.(1Corintios 10:4)
Samuel toma una roca, y recordando aquella Roca, exclama “¡Roca de ayuda!...Eben Ezer!… ¡Hasta aquí nos ayudó siempre el Señor!”
HASTA AQUÍ.
¿Hasta aquí?... ¿Y de aquí en más qué sucederá?... ¿Seguiremos bajo la sombra del Altísimo? ¿Seguiremos bajo el fuego de su poder?... ¿Confiaremos en la provisión de un Dios que nos ha dado todo y de la mejor calidad?.
Ahora, en los tiempos de Samuel, acaban de ver con sus propios ojos, cómo Dios habló estruendosamente desde los cielos y los enemigos huyeron atemorizados y luego perseguidos y vencidos fácilmente. ¿Tendrían otra alternativa?... ¿Otro Dios que hiciera tanto por ellos?
Sin embargo un tiempo después tuvieron una “idea” terrible y se la comentaron a Samuel, el Siervo de Dios, la autoridad de Dios delegada en aquel hombre santo que no solo traía Palabra de Dios como profeta, sino que los gobernaba como Juez. ¿Qué quería el pueblo?
“Queremos un rey, como las demás naciones. Que nos gobierne.”
¿Cómo llegaron a eso?
Samuel fue un santo hombre de Dios, pero envejeciendo, delegó la función de jueces a sus dos hijos, pero estos hombres no fueron igual que su padre y se volvieron tras la avaricia, dejándose sobornar y pervirtieron el derecho. (Lean 1Samuel 8). Esta fue la mejor excusa para rebelarse contra Dios. Hoy también hay “ministros” así, que directa o indirectamente empujan a los inconstantes a las fábulas, a la esclavitud religiosa y finalmente a la perdición.
¿Recuerdan lo que hablé sobre las consecuencias que generan los que no santifican el Nombre de Dios, como Jesús enseñó en su oración?
Fue la ocasión perfecta para culpar a esos herejes y descubrir su propia rebeldía y le dicen a Samuel: “Queremos un Rey”. Imagínense la cara de Samuel. Una catarata de pensamientos, y sobresaltos propios de lo insólito. ¡¿El pueblo de Dios quiere otro Rey?!... ¿No les sirve estar bajo el Señorío de un Dios que los sacó con mano fuerte del Desierto con todos los peligros y necesidades suplidas milagrosamente; un Dios que hizo huir a los enemigos, más de una vez sin siquiera sacar una espada?.. ¿Que les dio una tierra riquísima donde fluye leche y miel…?... ¡Increíble!
Se lo dijeron a Samuel e insistieron diciéndole, “tus hijos son unos herejes… un desastre… Danos un rey…como las demás naciones”. Era la ocasión perfecta para cambiar de rey y sacar a los jueces de en medio. Hasta hoy nos encanta decir “No juzgarás”, que es más bien decir: “No te juzgo, No me juzgues”.
¿No es verdad que el juicio molesta? ¿Y más el de Dios? ¿Qué él o alguna persona nos juzgue, que nos examine? Un rey no tendría tiempo para andar detrás de cada uno a ver qué hace. “Queremos un rey… otro rey”
Samuel ora a Dios, preocupado, sorprendido por la petición del pueblo.
Dios le responde: No te preocupes. No es tu culpa. Tus hijos no hicieron lo que debían… no me santificaron entre el pueblo (Paráfrasis con la situación de Moisés), y estos aprovecharon. Pero no te despreciaron a Ti, sino a mí. Ve y diles que tendrán rey… como todas las naciones”.
Lo que dijo Dios a Samuel, el profeta tuvo que repetirlo al pueblo, palabra por palabra y lo transcribo tal como está en la Biblia en 1 Samuel 8: 10:
“10 Y refirió Samuel todas las palabras de Jehová al pueblo que le había pedido rey.
11 Dijo, pues: Así hará el rey que reinará sobre vosotros: tomará vuestros hijos, y los pondrá en sus carros y en su gente de a caballo, para que corran delante de su carro;
12 y nombrará para sí jefes de miles y jefes de cincuentenas; los pondrá asimismo a que aren sus campos y sieguen sus mieses, y a que hagan sus armas de guerra y los pertrechos de sus carros.
13 Tomará también a vuestras hijas para que sean perfumadoras, cocineras y amasadoras.
14 Asimismo tomará lo mejor de vuestras tierras, de vuestras viñas y de vuestros olivares, y los dará a sus siervos.
15 Diezmará vuestro grano y vuestras viñas, para dar a sus oficiales y a sus siervos.
16 Tomará vuestros siervos y vuestras siervas, vuestros mejores jóvenes, y vuestros asnos, y con ellos hará sus obras.
17 Diezmará también vuestros rebaños, y seréis sus siervos.
18 Y clamaréis aquel día a causa de vuestro rey que os habréis elegido, mas Jehová no os responderá en aquel día.
19 Pero el pueblo no quiso oír la voz de Samuel, y dijo: No, sino que habrá rey sobre nosotros;
20 y nosotros seremos también como todas las naciones, y nuestro rey nos gobernará, y saldrá delante de nosotros, y hará nuestras guerras.
¿Querían otro rey? Ahí tendrán otro rey. Observen qué tipo de vida tendrían bajo el dominio de un hombre, despreciando la autoridad de Dios, que nunca les pidió nada ni se abusó de nadie. Al contrario les dio todo. Me acuerdo de las palabras del Salmo 78: “les dio Pan de Nobles”. No un pan de baja calidad. Un pan de alta calidad.
Jesús, siglos más tarde lo aclaró:
“Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.” (Juan 6:51).
Dios les dio un rey. Otro rey. Otra autoridad. Y se cumplió todo aquello que el Señor les anticipó. Saúl fue el elegido e hizo todo tipo de abusos contra el pueblo, pecó contra Dios. Se hizo amigo de Amalec, el enemigo del pueblo de Dios. Y al perder la comunión con Dios fue a consultar a una hechicera en Endor. Por este pecado, Dios lo destruyó, y a su familia y a sus criados.
¿Los condenamos por haber despreciado el señorío del Dios y aceptaron a un hombre que al principio parecía recto, pero después se descubrió “su desnudez”, como dice en Apocalipsis 3?
Ellos dijeron que “este rey peleará nuestras batallas”. ¡Qué confusión!... Olvidaron las batallas que Dios libró cuando el pueblo no podía. Se olvidaron de Jericó cuando al sonido de los cuernos gritaron alabando a Dios y los muros se derrumbaron y tomaron la ciudad fácilmente.
Recuerden a Goliat. Saúl se escondió por miedo, pero David, un jovencito de unos 15 años, lleno de la Gracia de Dios, fue al frente, a la batalla, gritándole al gigante: “Tú vienes a mí con espada, lanza y fuerza (La coraza de Goliat pesaba 57 kilos, su lanza era gruesa como una botella, imagínense el tamaño de las manos y la fuerza de sus brazos.) “Pero yo voy contra Ti en el Nombre de Jehová de los Ejércitos y hoy te venceré en Su Nombre”. Y lo venció. Le arrojó una piedra con su honda y se le clavó en la frente, cayendo pesadamente al suelo y murió y por si se levantaba, corrió y con la misma espada del gigante le cortó la cabeza y levantándola la exhibió para que el pueblo viera que Dios había librado la batalla, no Saúl al que decían “El librará nuestras batallas”.
VENGA TU REINO.
Nos parece una locura, pero hoy las conductas se repiten. Y las consecuencias. Muchos dejan a Dios y vuelcan su Fe en hombres, en pseudos evangelios; siguen a hombres perversos y luego terminan comprobando que son “nubes sin agua”, indoctos que tuercen la Palabra para alimentar sus bolsillos y vientres, como advierten Pedro y Judas. Que han hecho de la piedad una fuente de ganancia. Ganancias deshonestas. Que toman señorío de la Grey que le pertenece al Señor que los salvó por su sangra vertida en la cruz.
Dice Dios en Isaías 45:22: “Mirad a mí, y sed salvos, todos los términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más”. Y agrega: “Yo, yo Jehová, y fuera de mí no hay quien salve.”.(Isaías 43:11)
Miren qué lindo versículo en Isaías 45:15 “Verdaderamente Tú eres Dios, que te encubres, pero Dios que salva.”
Cuando ores leyendo el “Padrenuestro”, y llegues a esa parte VENGA TU REINO, sé sincero/a.
¿Quieres estar bajo el señorío del Señor o tienes otra “idea”? ¿Alguien te está seduciendo a cambiar de rey?
Dios le dijo al pueblo rebelde, pecador, siempre resistiendo al Señor, como también exhortaba Esteban en los tiempos apostólicos, tiempos de la Iglesia primitiva, cuando les decía en la cara a los religiosos “¡¡Ustedes siempre resisten al Espíritu Santo!!”. A través de Jeremías Dios le dijo a su pueblo:
“¿Acaso alguna nación ha cambiado sus dioses, aunque ellos no son dioses? Sin embargo, mi pueblo ha trocado su gloria por lo que no aprovecha.
12 Espantaos, cielos, sobre esto, y horrorizaos; desolaos en gran manera, dijo Jehová.
13 Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.
14 ¿Es Israel siervo? ¿es esclavo? ¿Por qué ha venido a ser presa?
15 Los cachorros del león rugieron contra él, alzaron su voz, y asolaron su tierra; quemadas están sus ciudades, sin morador.
16 Aun los hijos de Menfis y de Tafnes te quebrantaron la coronilla.
17 ¿No te acarreó esto el haber dejado a Jehová tu Dios, cuando te conducía por el camino?
18 Ahora, pues, ¿qué tienes tú en el camino de Egipto, para que bebas agua del Nilo? ¿Y qué tienes tú en el camino de Asiria, para que bebas agua del Eufrates?
19 Tu maldad te castigará, y tus rebeldías te condenarán; sabe, pues, y ve cuán malo y amargo es el haber dejado tú a Jehová tu Dios, y faltar mi temor en ti, dice el Señor, Jehová de los ejércitos. (Jeremías 2: 11 al 19)
No creas que tienes opciones. Tus batallas solo las puedes librar con Su fuerza, no la tuya. Y cuando no puedas, Él asumirá la situación y peleará por Ti.
No cambies de Rey.
¡Oh, Señor!.. ¡Líbranos de tal confusión! … ¡¡ VENGA TU REINO!!
Ora en tu cámara y en todo lugar: VENGA TU REINO.
Y mantente bajo su autoridad. El enemigo no verá tus debilidades sino la marca, el escudo del Reino al que perteneces. Eso debe ser conservado en temor, respeto y obediencia.
Para terminar, es importante recordar las palabras de Moisés al pueblo de Dios cuando se aprestaban para entrar a la Tierra de bendición que heredaban luego de 430 años de esclavitud, de 40 años caminando en un desierto inhóspito.
Está en Deuteronomio 8 (Es largo, pero te aconsejo leerlo completo. Recuerdas esto cuando ores en tu dormitorio y llegues a “Venga tu reino”.
Deuteronomio cap.8:
“Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os ordeno hoy, para que viváis, y seáis multiplicados, y entréis y poseáis la tierra que Jehová prometió con juramento a vuestros padres.
2 Y te acordarás de todo el camino por donde te ha traído Jehová tu Dios estos cuarenta años en el desierto, para afligirte, para probarte, para saber lo que había en tu corazón, si habías de guardar o no sus mandamientos.
3 Y te afligió, y te hizo tener hambre, y te sustentó con maná, comida que no conocías tú, ni tus padres la habían conocido, para hacerte saber que no sólo de pan vivirá el hombre, mas de todo lo que sale de la boca de Jehová vivirá el hombre.
4 Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años.
5 Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga.
6 Guardarás, pues, los mandamientos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y temiéndole.
7 Porque Jehová tu Dios te introduce en la buena tierra, tierra de arroyos, de aguas, de fuentes y de manantiales, que brotan en vegas y montes;
8 tierra de trigo y cebada, de vides, higueras y granados; tierra de olivos, de aceite y de miel;
9 tierra en la cual no comerás el pan con escasez, ni te faltará nada en ella; tierra cuyas piedras son hierro, y de cuyos montes sacarás cobre.
10 Y comerás y te saciarás, y bendecirás a Jehová tu Dios por la buena tierra que te habrá dado.
Amonestación de no olvidar a Dios
11 Cuídate de no olvidarte de Jehová tu Dios, para cumplir sus mandamientos, sus decretos y sus estatutos que yo te ordeno hoy;
12 no suceda que comas y te sacies, y edifiques buenas casas en que habites,
13 y tus vacas y tus ovejas se aumenten, y la plata y el oro se te multipliquen, y todo lo que tuvieres se aumente;
14 y se enorgullezca tu corazón, y te olvides de Jehová tu Dios, que te sacó de tierra de Egipto, de casa de servidumbre;
15 que te hizo caminar por un desierto grande y espantoso, lleno de serpientes ardientes, y de escorpiones, y de sed, donde no había agua, y él te sacó agua de la roca del pedernal;
16 que te sustentó con maná en el desierto, comida que tus padres no habían conocido, afligiéndote y probándote, para a la postre hacerte bien;
17 y digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza.
18 Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.
19 Mas si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis.
20 Como las naciones que Jehová destruirá delante de vosotros, así pereceréis, por cuanto no habréis atendido a la voz de Jehová vuestro Dios.”
VENGA TU REINO.
Dios te bendiga
Pablo Lucero/06 Mayo 2021
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PARA LOS SOLDADOS:
ARMAS EN DESUSO Y LA PERDIDA DE LA DESTREZA LLEVAN A UNA DERROTA
Ampollas en las manos
Falla en la puntería
Pérdida de fuerza y contundencia
Perdida del buen oído
Sueño pesado al perder la atención
Se ve sin ver (Pérdida de la agudeza visual)
Desactualización en los códigos de guerra
Pérdida de la intuición (el olfato del luchador)
Engordar, subir de peso por falta de ejercicio trae cansancio más pronto
Confiar en la apariencia, y justamente la apariencia es lo menos aconsejable
Las armas en desuso no solo pueden oxidarse sino volverse pesadas por la lubricación seca.
Las balas también tienen vencimiento. Pierden su potencia.
Las miras telescópicas deben mantenerse calibradas, sino son inútiles.
El uniforme o la ropa deben mantenerse cosidas y con todos los botones sobre todo con el talle del cuerpo. Cada uno tiene su propia ropa a medida.
El soldado puede ver una película instructiva pero tener su propia práctica y ejercicio..
Los reflejos son elementales en un momento crítico. Suelen perderse por la inacción.
La sujeción a la pirámide de mando es importante. Ninguno lucha solo ni con sus propias tácticas.
La inteligencia no es una cualidad mental sino la capacidad de examinar la información, conocer a su enemigo y sus recursos. Conocer las propias capacidades y fuerzas.
La responsabilidad, la diligencia y la obediencia hacen a la efectividad.
Las armas grandes y ruidosas son más bien para un efecto psicológico pero en la práctica un arma pequeña bien utilizada es más útil.
Repasemos de nuevo todo lo que escribí desde el comienzo de este artículo. Solo un repaso rápido pero atento y luego vayamos al nudo del tema:
Cuando las armas no se usan, se descalibran, se atascan, se ponen duras y fallan, pero antes falla el soldado cuando se deja estar y vuelve inactivo. Cuando se confía en la aparente paz o tranquilidad.
Engorda, se pone obeso o bien se mantiene delgado pero con músculos atrofiados por la falta del ejercicio necesario. La ropa le queda chica y se romperá en el primer esfuerzo. Se cansa más rápido y tiene poca resistencia en una prolongada lucha.
Se mira al espejo y le gusta su apariencia y hace poses para verse fuerte, pero la realidad la verá en el campo de batalla que suele venir sin previo aviso.
Algunos miran muchas películas de guerra pero las cosas no son así. Hay una abismal diferencia entre lo ideal y lo real. La desilusión y el desánimo aparecen aquí.
La sabiduría o la inteligencia no es una capacidad cerebral, sino el poder procesar la información, el saber conocerse a sí mismo y al enemigo contra el cual lucha.
¡Qué factores importantes son la responsabilidad y la diligencia, o sea la prontitud para hacer lo que se le requiere!. Esto puede ser determinante. Y sobre todo la obediencia.
Dice la Palabra de Dios “Los hijos de este siglo son en su generación más prudentes que los hijos de la luz”. Ellos saben que la lucha es sin descanso ni cuartel.
Pero nosotros debemos examinarnos a nosotros mismos si estamos a la altura del soldado que sirve a Dios en un mundo donde las estrategias de maldad se actualizan y modernizan permanentemente.
Usar la Espada del Espíritu, o sea la palabra de Dios, es muy bueno e indispensable, pero si la usas muy de vez en cuando te sacará ampollas. Pero también el desuso de hace perder la visión, la percepción de lo invisible, de las cosas del ámbito espiritual.
La oración, el conocimiento de la Palabra de Dios, la perseverancia en la obediencia a Dios, el Temor de Dios y otras armas, caídas en el desuso te pueden llevar a creer que eres fuerte y diestro y no sea así. Recuerda que no se trata de apariencia ni ruidos fuertes, sino la efectividad del buen uso de tus armas como cristiano. Recuerda también lo que escribí antes: no siempre es más efectiva un arma grande y ruidosa. Puede impresionar pero no ser tan efectiva.
Colosenses 2:20 en adelante dice San Pablo que hay “armas” que solemos usar pero que son inservibles en el combate contra el pecado.
Y en 2 Corintios 10: 4/6 dice: “porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, y estando prontos para castigar toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta”.
Mucha comida con grasa te hace gordo/a pero no fuerte. Cuídate de lo que ingieres. Busca la verdadera Palabra de Dios. Dale al ejercicio del cuerpo y la atención de sus gustos el lugar que corresponda en las prioridades.
No amagues con balas de salva. El enemigo no huye tan rápido. La apariencia no engaña a los guerreros de uno y otro lado. Las cosas espirituales deben ser discernidas espiritualmente. No subestimes a nadie. Ni de los nuestros ni los del otro bando.
El año pasado muchos afilaron sus espadas y se vistieron de soldados e hicieron mucho ruido. Pero apenas aflojó el virus, volvieron a dormir, a comer comidas adiposas y a los entretenimientos. Esto en la guerra espiritual es “INTELIGENCIA”. El enemigo nos estudió, nos dejó hacer y ahora lanza otro ataque y hay muchos durmiendo. Creen que no pasará nada. (Es lo que él quiere, que seamos mortalmente confiados). Han dejado de orar. O sea no oran sin cesar sino solo cuando hay problemas. Han dejado de desear la Palabra como esa leche espiritual no adulterada. Pero pasó el temblor y se perdió el entusiasmo, el interés.
Confiamos en nuestros propios “chalecos antibala”. Confiamos en la mala puntería del enemigo. Confiamos en nuestra fe y ya no en el autor de la Fe. Nos creímos muchos versículos que sacados de su contexto fueron transformados en mensajes exitistas y dejamos de velar y orar. Dejamos de resistir, total siempre ganaremos.
Inteligencia diabólica pura.
Pablo dice en Romanos 13:11 “En todo esto tengan en cuenta el tiempo en que vivimos, y sepan que ya es hora de despertarnos del sueño. Porque nuestra salvación está más cerca ahora que al principio, cuando creímos en el mensaje”.
Pedro 5: 8 y 9 dice:
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo”.
Pablo a los Efesios les aconsejó a no subestimar al enemigo ni a sobrestimarse uno mismo. En el capítulo 6:10 al 20 dice:
“Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.
11 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo.
12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
13 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes.
14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno.
17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;
18 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
19 y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio,
20 por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.
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CUATRO DÍAS MUY RAROS.
La algarabía distrae. Se vive y se disfruta aun la tensión y la locura.
La chusma ganó las calles desde que supo del arresto de Jesús. Sabían que sería todo un espectáculo.
La fatídica mezcla de dos componentes explosivos conmovería la historia de Jerusalén: Los Sacerdotes de la fuerte religión y el Imperio romano, el dominante político.Ambos “unidos contra tu Santo hijo Jesús” (Hechos 4:27)
Jesús era un factor de conmoción social, de incomodidad, de desestabilización. Aunque no era así, se creó esa excusa, la acusación necesaria para iniciar un juicio. Y todos sabían en qué terminaría aquello. O se presumía. Algo se había rumoreado en las calles en los últimos días.
Cada clase social maneja los rumores con su estilo, pero en cada status se sabía, se hablaba casi en voz baja algo sobre “una cruz”. Nadie decía nada pero el rumor cobraba fuerza. Había una disimulada expectativa.
Sacarse de encima al hijo del carpintero era una consigna tácita. Pero la presencia de Judas en el templo y la negociada entrega del Maestro por unas cuantas monedas de plata no pasó desapercibida … y la voz corrió como reguero. Todos supieron que había llegado la hora de algo cuya gravedad presumieron, pero no supieron cuánta.
Había un importante movimiento por la celebración de la Pascua durante el día; pero esto comenzó muy de noche, con muchos movimientos violentos de corridas, palos, antorchas y odio. Esto mantuvo despierta a mucha gente. Muchos, afuera, participando o como curiosos. Otros atisbando por las ranuras de las ventanas con temor. La presunción y el rumor tomaban cuerpo.
La población vio la turba trayendo a los empujones al hombres que se tildaba de “Mesías”.
¿”Mesías”?...¡Qué desfachatez!... en un mundo malo no hay lugar para nadie bueno. Al clavo que sobresale, naturalmente se le pega un golpe para hundirlo. Toda esa noche mucha gente estuvo en vela. Se armaron fogones en las inmediaciones del palacio del gobernador Pilato para seguir de cerca la resolución del caso.
Los discípulos se habían escondido con las puertas trabadas desde adentro. ¡Qué insólito!... Habían experimentado luchar contra demonios cuando el Señor los envió a hacer milagros en su Nombre. “¡Señor… aún los demonios se nos sujetaban!...” (Lucas 17:10). Ahora enfrentar a una turba humana les fue imposible. Es un mal que parece repetirse una y otra vez, incluso hoy donde hay muchos “declaradores” y “proclamadores” que atan y reprenden demonios a los gritos y se jactan de su “autoridad”, pero no se animan a enfrentan la masa humana rebelde y pecadora que atenta contra el evangelio y la Iglesia. Pero no es una lucha contra carne y sangre sino contra espíritus malos (Efesios 6:12)…Les pregunto a estos “exitosos ministros”: ¿Son diferentes estos demonios?... Cuestionable autoridad.
Noche difícil adentro y noche difícil afuera. Jesús soporta un interrogatorio al que poco responde, no por ser culpable. No se negó a declarar como hacen los delincuentes cuando las pruebas los condenan. Jesús solo pone a Pilato en una posición de inferioridad: “Tú no tienes tanta autoridad como crees y dices. Nada podrías hacerme si mi Padre no te lo permitiera”.
Pilato hubiera preferido una mala respuesta; al menos lo hubiera enojado para justificar una ira que no tenía ; y aunque lo presionaba, lo sabía inocente. Era evidente. “¿Qué es la Verdad?... háblame… respóndeme .. ¡¿justo a mí el que puede mandarte a la cruz no me respondes?!”.
Azotes, burlas, gritos y risotadas burlescas. Desprecio de los soldados adentro y de los religiosos de afuera. Fogatas. Silencio mezclado con murmullos. Expectación. Algunos con temor a lo que pase. Otros esperando no perderse detalle en un morbo sediento.
Afuera, ni Pedro ni los discípulos que estaban escondidos, esperaban nada bueno. Todos los rumores hablaban de la cruz. La turba que acompañaba a los representantes de la religión de entonces se ponía de acuerdo sobre qué pedir si Pilato llegaba a preguntarles “¿Qué hago con este hombre?”. Los discípulos presentían algo fatal, para Jesús… y para ellos mismos. Vuelvo sobre mis palabras: ¡Qué insólito! ¡Tanto poder para echar demonios y ahora estar encerrados con la disimulada culpa dejar solo al Señor en manos de pecadores!.
Entre las 6 y las 9 de la mañana se decide enviar a Jesús a la cruz. Había que apurarse. Estaban en la celebración de la Pascua y venía el final de la fiesta y el correspondiente reposo. Esto debía resolverse rápido. Locura en las calles. Los que celebraban la muerte de los corderos pascuales y los que celebraban la muerte del Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, aunque no lo veían así.
Locura en las calles. Corridas. Gritos. Día no laboral. Nadie se fue de mini vacaciones. Locura en las calles de Jerusalén. Y mucho más cuando Pilato sacó a Jesús frente a la multitud agolpada frente a su palacio y luego de varias e insistentes defensas de parte del gobernador romano, la turba, la chusma mezclada con unos cuantos religiosos gritaba su sentencia: “¡CRUCIFÍCALE… CRUCIFÍCALE!”. La mano de obra estaba en las calles determinando acallar definitivamente al Señor. Era una contienda no tan humana o física, n siquiera legal. Pilato lo entendió: era la lucha entre la VERDAD y la MENTIRA. La verdad vino al mundo y el mundo prefería vivir en la mentira. La Luz vino al mundo y el mundo prefería las tinieblas para que no se descubran sus pecados ocultos.
PRIMER DIA RARO.
A las 9 de la mañana es llevado a los empujones cargando una cruz que casi no puede por su debilidad. El castigo con azotes lo había dejado al borde de la muerte.
Un hombre que estaba cerca mirando es obligado a ayudar a Jesús con el madero y lo carga en subida hasta el Gólgota. Era Simón, de Cirene.
El Vía Crucis, como se define a ese camino que se manchaba de sangre inocente mientras el Señor caminaba decidido pese al dolor. Nadie podía escuchar el pensamiento de Señor: “Tengo que seguir… Tengo que seguir”. Pensaba en ellos, en todos, en nosotros. Y a su paso muchos que habían sido bendecidos con sus palabras, con sus milagros, con su mensaje de una oportunidad única de salvación, le insultaban, se reían. El olor de la sangre, la visión terrible de la más calamitosa situación humana generaba adrenalina en su morbo insaciable.
¡Qué día raro!... Muchas veces he escuchado el dicho popular: “No muerdas la mano del que te da de comer”. Ese día hicieron todo lo contrario.
Otros y en especial las mujeres, lloraban y hacían lamento por Él. No existían las organizaciones de Derechos Humanos. Igualmente no hubieran hecho nada. Ni siquiera hoy se conmueven cuando asesinan a cristianos o incendian los templos. Es la lucha invisible pero no secreta de la Verdad contra la Mentira. Y es a muerte.
Llegados al Lugar de la Calavera, el Gólgota, sujetan el cuerpo del Señor con clavos de 15 cm y lo ponen entre dos malhechores, como si fuera uno más.
A las 12 del mediodía, densas tinieblas cubrieron la tierra, tinieblas que se podían tocar. Me hace acordar la plaga de tinieblas que mandó Dios sobre Egipto. Pero estas tinieblas eran diferentes.
Cuando la Palabras dice que Jesús rompió el acta que nos era contraria y avergonzó públicamente a los demonios en la cruz, es evidente que esas tinieblas eran espíritus malos que se regodeaban viendo a Jesús en ese final. Algo así pasó y creo que la gente lo vió. Si Jesús los avergonzó públicamente yo creo que la gente vió eso. Lo espiritual se hizo visible.
Leamos Colosenses 2: 14 y 15: “Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz,y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”.
La gente estaba acostumbrada a ver esos espectáculos de reos muriendo cruelmente en una cruz, pero esto fue otra cosa. La multitud se dispersó golpeándose el pecho, mientras la tierra temblaba. Hasta el centurión llegó a reconocer: “Verdaderamente éste el Hijo de Dios”.
A las 3 de la tarde murió, entregando su espíritu y antes de las 18 colocan su cuerpo en una tumba sin uso perteneciente a José, de Arimatea.
Cuando el gentío vuelve a la ciudad siguen las sorpresas: Se enteran que el velo del templo que separa el lugar Santo del lugar Santísimo se había partido de arriba abajo dejando libre, abierto el acceso.
También se enteraron que en el preciso momento de la muerte del Señor no solo se rasgó el velo, sino que las tumbas de muchos hermanos que habían muerto se abrieron y vinieron a la ciudad Santa y anunciaban el plan de Salvación. ¡Qué primer día tan raro!
LOS SIGUIENTES TRES DÍAS RAROS.
¿Se imaginan el día después de la muerte del Señor?
La ciudad, sucia de papeles, de restos de comida callejera. Botellas. Ropas olvidadas. Pañales sucios. Las calles vacías. Todos en el “Santo reposo pascual”.
El viento, único deambulante, arrastraba desechos, silbaba el canto de la incertidumbre, de la soledad y un vacío inexplicable.
Pasado el reposo de la fiesta, que fue un jueves, los sacerdotes volvieron a la carga contra el fallecido Jesús y piden a Pilato que ponga guardias en la tumba para impedir que los seguidores de Jesús roben el cuerpo y digan que había resucitado, a lo que Pilato accede.
Tres días de silencio y murmullos. Una victoria no festejada. Aún perduraba el miedo de ver a los demonios huir de la presencia del Señor cuando Él exclamo “¡CONSUMADO ES!”.
Nadie hizo gala de sus logros. Ni siquiera atinaron a buscar a los discípulos de Jesús, lo que hubiera sido lógico para exterminar definitivamente ese “Camino”.
Los sacerdotes no alcanzaban a entender lo que hizo ese terremoto en el templo sin afectar a las casas vecinas.
El servicio público de recolección de residuos llenó carros y carros de basura. La ciudad estaba en un silencio que gritaba su incertidumbre.
Mientras, en las profundidades de la tierra El Señor anunciaba el Plan de Salvación a los que descansaban en el Seno de Abraham, a los espíritus cautivos que no podían entrar al descanso en el Señor porque aún no había un camino al Padre y se preparaba para resucitar al tercer día, como lo anunció, y subir a lo alto llevando cautiva la cautividad. Desde entonces todos los cristianos salvos ya no van a ese seno, sino descansan en El Señor hasta el Día de Gloria, del arrebatamiento.
Tres días raros. Poco se habla de los que pasó en esos tres días posteriores a la muerte de Jesús.
Los discípulos permanecieron encerrados en esa casa todo ese tiempo. Miedos, preguntas sin respuestas. Incertidumbre. Silencio. Angustia. Soledad. Habían olvidado las palabras del Señor. Otros se fueron a pescar, su antiguo oficio. Otros, se alejaron de la ciudad, camino a Emáus.
¿Qué sabemos de las multitudes que lloraron a Jesús? Poco y nada.
¿Qué sabemos de las multitudes de los que gritaron exigiendo la muerte del Señor?. Nada.
Lo que más se sabe es de la maraña política y religiosa para controlar lo que al parecer era un movimiento naciente y poderoso porque aunque sobornaron a los guardias para que callasen sobre la resurrección que habían presenciado, las autoridades políticas y religiosas sabían realmente ¡JESUS HABÍA RESUCITADO!, pero lo ocultaban. Había que mantener a las masas en estado de ignorancia para poder usarlas. Vieja táctica.
CUATRO DÍAS RAROS.
Un día de máximo alboroto y tres de un silencio que ensordecía.
Terminaba el sábado semanal, sábado de reposo respetado por los judíos. Entre las 18 horas y la madrugada, en algún momento de esa noche, mientras los guardias estaban apostados en la puerta de la tumba, un Ángel del Señor bajó, cayó como un rayo que sacudió todo y corrió la piedra de la tumba y los hombres al ver esto cayeron desvanecidos, como muertos dice la Palabra.
Jesús no salió por esa puerta ahora franqueada, pero el acceso estaba libre para que Pedro Juan pudieran ver que El Señor ya no estaba en la tumba y comprobaran su resurrección.
Un poco antes, María había visto la tumba vacía y creyó que se lo había llevado y le pregunta al que cuida el huerto: “¿Dónde llevaron su cuerpo?... dímelo y lo iré a buscar” sin saber que ese hombre parado a su lado era el mismo Jesús que se da conocer al nombrarla:…”María…” y la mujer se da vuelta y lo reconoce: “¡Señor!”. Su llanto se convierte en gozo.
Este cuarto día puso fin a los cuatro días raros, de los que poco se habla, pero que están cargados de sucesos tremendos que fortalecen la historia de la muerte de Jesús.
Pese al glorioso día, mucha gente vive aún dentro de los cuatro días raros. En abierta rebeldía a Dios. En la Mentira confrontando la realidad del Evangelio. Muchos sumidos en silencio que es el resultado de las conciencias atribuladas por los pecados cometidos. Otros encerrados sin esperanza. Muchos desilusionados por haberse acabado la vida fácil. Sin embargo vemos en el ejemplo de Juan, el más joven de los discípulos, y aquellas mujeres, un amor perseverante, sin temor, junto a la cruz, aún a riesgo de correr la misma suerte.
Eso también nos parece raro dentro de esos cuatro días, ya que hoy también es raro ver cristianos al pie de la cruz acompañando a Jesús. En dolor y martirio. En su propósito de Salvación. Negándose a sí mismos y tomando su cruz cada día para seguirlo.
Raro, pero hay muchos que han superado las crisis de los cuatro días raros al recibir, además de la convicción del Amor de Jesús, Poder de lo alto con el Espíritu Santo derramado en sus corazones.
40 días después de resucitar, Jesús estuvo con los suyos. Dice la Palabra que en una ocasión como con 500 hermanos a la vez. Y luego los dejó en manos del Espíritu Consolador cuando ascendió a los cielos donde volverá en cualquier momento.
Tal como Jesús les indicó, fueron a un aposento alto y estuvieron allí orando unánimes hasta que al décimo día algo parecido a un viento recio abrió las ventanas y fueron todos llenos del Espíritu Santo. Lenguas de fuego se posaron sobre cada uno de ellos. Eran 120 hermanos que no se quedaron con el recuerdo de CUATRO DÍAS RAROS, sino que fueron hasta allí a esperar y recibir algo que no conocían, pero que luego sería determinante para sus vidas.
Mantengamos vivo ese Poder en nosotros y nuestras Iglesias. Superemos toda situación que nos mantenga anclados en el pasado y en las crisis, puestos los ojos en Jesús el autor y consumador de la Fe, el que jamás perdió protagonismo en esos cuatro días raros, pero tampoco antes ni después.
Dios nos bendiga a todos.
Pablo Lucero/2021
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El Señor Jesús, antes de ser entregado, aquella noche compartió la última cena pascual con sus discípulos. Al sentarse a la mesa les dijo: “¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta Pascua antes que padezca! (Nótese los signos de exclamación en sus palabras).
Tomemos en cuenta dos cosas: La exaltación, la mezcla de gozo y profundo amor del Señor cuando les dice: “¡Cuánto he deseado comer esta Pascua con vosotros!”. ¿Pueden imaginárselo?... No fueron sus discípulos los que se mostraron felices para decir algo así. Fue Jesús quien lo exclamó. Me da la sensación que fue más que alegría o felicidad lo que lo motivaba a decir aquello.
¿Imaginan los ojos del Señor? ¿Pueden ver el brillo en sus ojos cuando los mira a todos, uno por uno cuando con una sonrisa sin par les dice con entusiasmo “¡Cuánto he deseado comer esta Pascua con vosotros!”. Solo El Señor sabía el significado de sus palabras aquella noche.
Tremendas palabras que entendemos más nosotros hoy, que aquellos hermanos.
“¡Cuánto he deseado este momento, juntos, compartiendo esta cena que será la última aquí en este mundo!... la próxima será en la presencia de mi Padre”.
¿Pueden imaginar el gozo de sus discípulos, de sus más cercanos seguidores?
Luego de esto y siendo fortalecidos volvieron a Jerusalén con gozo y entusiasmo, y dispuesto a continuar la obra del Señor perseverando en sus enseñanzas y en esa alegría se saludaban. “¡Maranatha!”, que significa “Cristo viene”, “¡Jesús volverá!”
Lo primero que sucederá que es que seremos conducidos a un Juzgado inmenso: EL TRIBUNAL DE CRISTO, donde cada uno será recompensado según sus obras (2 Cor.5:10).
Cabe aclarar que en este Tribunal no se decide si eres salvo o no. Este Tribunal es para los salvos ya arrebatados, para ser recibir su galardón en base al Libro de las Obras.
“Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: !!Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina!
Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.
Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos”. (Apoc. 19:6/8)
Piensa en ese día que está muy cercano. Esfuérzate. Sé fiel.
Dios te bendiga.
Pablo Lucero/2021
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EL FIN DE LA VIDA
Hasta el 21 de marzo hubo 2millones de muertes por coronavirus
En lo que va del año 2021, hasta hoy 29 de Marzo, en el mundo 14.111. 305 personas han muerto por diversas razones. En promedio 1 o 2 personas por segundo. Cuando termine escribir este artículo habrán muerto unas 300 más y el conteo sigue.
Por Coronavirus en este mismo período han muerto alrededor de 2.000.000 de personas.
¿Te has preguntado cuántos de ellos no han conocido al Señor antes de partir?
¿Qué hacemos al respecto? ¿En qué gastamos el tiempo, la tinta y la mente? ¿Qué hemos hecho con aquello que de balde hemos recibido del Señor?
Muchas veces cantamos un himno que nos conmueve:
“Cuantas almas perecen sin Dios, mientras vivo yo en bienestar ¿Qué respuesta daremos a Cristo si Él pregunta “¿Qué hiciste por Mí?....Pon tu mano Señor sobre mí, dale a mi alma ese mismo sentir… dame gracia para obedecer, dame fuerzas para yo vencer”.
Muchas veces en la Iglesia hablamos de evangelizar, de anunciar la Palabra de Dios al mundo ¿Lo estamos haciendo?
Los dejo pensando pero antes le comento que la cifra de muertos a nivel mundial aumentó. En este momento van 14.113.107 y el conteo sigue.
Oremos y alentemos a los que llevan la preciosa semilla. Pero cada uno tiene siempre un ámbito inmediato donde hablar de Jesus.
Dios nos bendiga e ilumine. Pablo Lucero/2021
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En los cristianos consagrados hallaremos virtud y frutos del Espírtu Santo. Pero no en todos.
La tentación es una presión, una crisis que hace aparecer lo que tienen oculto. Un pecado sexual, un robo, una mentira, un insulto, una agresión física o verbal, ira, maledicencia, celos, envidia, malos pensamientos, homicidio, rebeldía, engaño, desobediencia, burla, soberbia, y como dice San Pedro: "...y todas las detracciones". (1°Pedro 2).
Fíjense la santa osadía de Pablo cuando dijo "Es necesario que entre vosotros haya contiendas para que se distingan los que son aprobados y los que no". (1° Cor. 11:19)
No es que el apóstol esté de acuerdo con las peleas y conflictos sino que estas cosas son presiones que Dios permite. Que los "pomos" sean "apretados" para ver qué tienen adentro.
La sinceridad evita el conflicto. Entonces podemos soportarnos unos a otros en Amor, sobrellevar los unos las cargas de los otros y nos podemos estimular al Amor y a las buenas obras.
La hipocresía puede afianzarse por muchos años pero Dios traerá a luz todas las cosas.
Apriete su propio "pomo". Pídale al Señor como lo hizo David.
"Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno". (Salmo 139).
Pablo Lucero.
28/03/2021
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PANDEMIAS Y PANDEMIAS
Escucho a muchos predicadores hablar sobre la Pandemia del Miedo y son enfáticos para estimular a las congregaciones a no tener miedo porque el miedo paraliza y nos vuelve inoperantes.
Pienso que es en cierta manera algo real, pero pensemos que el miedo tiene algo de positivo cuando lo canalizamos hacia la Fe en Jesús. Pero pareciera que tal énfasis ha llevado a muchos a subestimar la situación crítica, ya sea el Covid 19 como cualquier otra aflicción o amenaza.
Salimos del mutismo a la exclamación: “¡No pasa naa!..¡No pasa naa!
Me preocupa más la Pandemia de la Apatía, la Pandemia de la Desidia. Dos pestes altamente peligrosas para cualquier persona, pero en especial para cualquier cristiano.
Del miedo saltaron a la despreocupación, al desinterés, al enfriamiento y dejaron de velar, aun cuando la crisis está latente y tiende a empeorar.
Cuando canalizamos el miedo hacia el Señor Jesús, podemos ver que eso nos vuelve responsables, vigilantes, atentos a todo, firmes en la confianza en el Señor. Pero esa confianza no es un relajamiento. No debe serlo.
Veamos que significa APATÍA: “Estado de desinterés y falta de motivación o entusiasmo en que se encuentra una persona y que comporta indiferencia ante cualquier estímulo externo”.
Y ahora veamos el significado de DESIDIA: “Falta de ganas, de interés o de cuidado al hacer una cosa”.
Estas conductas siempre existieron, pero en el último tiempo se convirtieron en Pandemias
¿Qué es una Pandemia? Es algo más grave que una epidemia.
Bueno, ¿qué es una epidemia? La definición es clara y concreta: “Una epidemia se produce cuando una enfermedad contagiosa se propaga rápidamente en una población determinada, afectando simultáneamente a un gran número de personas durante un periodo de tiempo concreto.
Cuando el flagelo supera los límites fronterizos de los países y de los continentes afectando a la mayoría de ellos, se convierte en Pandemia.
¿Son Pandemias la APATÍA y la DESIDIA?
Si.
Muchos cristianos salieron del miedo y entraron bajo la influencia de estas plagas mundiales. Pensaron que era “un resfrío de verano” y se despreocuparon. Pensaron que con solo confesar la Fe eran inmunes. Pero solemos decir muchas cosas que en realidad no tenemos,
Por eso considero que la tan combatida Pandemia del Miedo ha sido superada por las Pandemias de la Apatía y de la Desidia. (Relean ahora las definiciones de esos términos).
Estas plagas han llevado a muchos cristianos a sentirse falsamente seguros.
Pensemos en esto: la seguridad en Cristo no nos lleva a dejar de orar y velar. La seguridad en Cristo, la confianza en su Poder y misericordia no nos llevan a echarnos a dormir ni a despreocuparnos. Al contrario, ese buen miedo nos hace recordar lo que dijo el apóstol Pedro: “Sean prudentes y manténganse atentos, porque su enemigo es el diablo, y él anda como un león rugiente, buscando a quien devorar”. (1°P. 5:8)
Las vacunas, la apertura de las iglesias, la comprobada fuerza física de muchos para superar el virus, el conocimiento de la situación y los métodos preventivos, la desconfianza en los gobiernos corruptos, las falsas noticias conocidas como Fake News, incluso las falsas profecías y predicaciones sacadas del contexto bíblico han hecho que muchos desestimen la gravedad de la situación, que no terminó.
Y a esto hay que agregarle que muchos le pusieron fecha al regreso de Jesús y como eso no sucedió, se suman a los perversos que se burlan diciendo “¿Dónde está el cumplimiento de su advenimiento? Desde muchas generaciones se habla de eso y nunca ocurrió”.
Pero sigo creyendo que el rapto es inminente, aunque no sepamos cuándo sucederá.
DEL MIEDO A LA APATÍA Y A LA DESIDIA.
Observemos algunas características de estas tres Pandemias.
El miedo paralizante que puede llevar al estrés y a la locura, llevó a muchos a buscar a Dios con lágrimas y arrepentimiento (o remordimiento).
Pero vinieron olas de otras Pandemias y superando el miedo cayeron bajo las garras de la Apatía y se volvieron incrédulos ante las alarmas y se fueron enfriando de a poco.
¿Saben que hay fríos que no matan enseguida? Hay fríos sutiles que hacen bajar la temperatura corporal de a poco y te genera sueño y cuando te duermes te mueres y no te das cuenta. El frío te pide dormir solo un poco y te acurrucas. Te estás muriendo y no te das cuenta.
La Apatía te hacer perder el interés y la motivación, (“Les hablo como a maduros, decía el apóstol Pablo). Has perdido el entusiasmo. Pablo preguntaba “¿Dónde está la satisfacción que antes teníais”.
¿Y de la Desidia qué podemos decir? Has perdido las ganas de trabajar en la obra del Señor.
Fíjate como el diablo actuó: Aprovechó la pandemia del Covid y te paró, te encerró, te alejó de la comunión y te demostró que no estabas tan firme en el Señor. Muchos cayeron en las garras invisibles de estas dos plagas y se fueron alejando, enfriando y perdieron toda sensibilidad. Están muriendo y no se dan cuenta.
Por otro lado, muchos ante esto se acercaron más al Señor. La diferencia es evidente.
No necesitamos un tratamiento psicológico, o un pensamiento positivo, ni siquiera proclamar Fe como si fuera un abracadabra. Necesitamos el fuego del Poder de Dios, pero si no haces el esfuerzo de acercarte y pedir como Pedro “¿Señor, ayúdame que perezco!” serás una más de las miles de víctimas que ya se volvieron atrás.
Quizás debimos reconocer las artimañas del enemigo. ¿Faltó Palabra?.. ¿No será que antes del Covid estábamos infectados de las otras Pandemias, la Apatía y la Desidia?. Piensa.
Lo que si me lleva a reflexionar es que algunos no creen que las cosas sean tan graves y muchos cristianos dicen por dentro, como escribí al principio: “No pasa naa…no pasa naa”, y se nota en sus conductas. Y el Señor vuelve, pero parecen no darse cuenta de lo inminente. Dice la Palabra de Dios que él acelera su venida, acorta los tiempos sino ninguno sería salvo”. Mateo 24:22
En 2° Pedro cap 3 vers 9,11y14 dice: ” El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”… ”Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir!”… “Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz”.
Para estas Pandemias no hay tratamiento humano, pero La Sangre de nuestro Señor Jesucristo puede limpiarnos de todas estas cosas.
Dios nos bendiga, fortalezca y afirme.
Pablo Lucero/2021
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EL ESPÍRITU DE LA GUERRA
La guerra es un espíritu malo.
Aparece de tanto en tanto y destruye. No hay victorias porque en definitiva destruye a ambos contendientes.
Parece un ser inerte, aunque no lo es. Solo necesita seres vivos donde instalarse.
Seres vivos que no saben dirimir, primeramente en sí mismos, sus propios conflictos. Y es cuestión de encontrar a alguien diferente, en las mismas condiciones, y la intemperancia, y la intransigencia, y la impaciencia, y el orgullo, y la soberbia y seguramente la ira, fluyen y ambos se agreden, se hieren y aunque uno venza al otro, la guerra destruye a ambos finalmente.
Las contiendas, la gritería y otras reacciones son las características de dos seres en una pugna con resultados inciertos.
La Guerra es un espíritu que viene y va. Aparece de tanto en tanto. Aquí y allá, hoy, mañana, otro día. Hace lo suyo y luego se esconde en acecho hasta que de pronto, sin que nadie la espere, aparece, hace lo suyo y vuelve a desaparecer. Un ciclo permanente y destructivo.
La Guerra es un espíritu. Necesita dos seres, o dos bandos que no sepan manejar los conflictos, las diferencias, influye el carácter, la personalidad.
La destrucción solo necesita la participación de estos tres: Los dos contendientes y el espíritu de la Guerra y el círculo cierra.
Pero si al menos uno de los antagonistas se domina a sí mismo, si tiene dominio propio y no se presta a una contienda, que más que estéril es altamente nociva, el espíritu de la Guerra se va.
¿No dice la Palabra “Resistid al diablo y éste huirá? (Sgo.5:7) Entonces quedan por un lado un corazón con conflictos e intransigente y por otro lado un corazón que ante la ira propia o ajena busca el reposo y la Paz, que no es cobardía sino el aplomo inteligente y sabio de quien sabe medir las consecuencias, las reales pérdidas.
Como cristianos sabemos cómo terminan las conductas mal manejadas. La Palabra dice: “La blanda respuesta quita la ira, más la palabra áspera hace subir el furor.” (Proverbios 15:1) El dominio propio no es solo una virtud sino una defensa de increíbles resultados.
EL Salmo 37: 8 y 9 dice: “Deja la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a hacer lo malo porque los malignos serán destruidos, más los que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra”.
La Guerra es un espíritu que va y viene. Aparece, hace lo suyo, y se va. Se esconde, acecha desde lo oculto y vuelve a aparecer para causar estragos.
No podemos evitar que este espíritu recorra el mundo buscando donde entrar. Noten Uds. que no entra en casas limpias y adornadas como muestra el pasaje de Mateo 12:43, sino en corazones que están diríamos predispuestos al conflicto. Cargados. Contaminados por las obras de la carne como enseña Pablo a los Gálatas. Pero este espíritu que destruye también intentará combatir el corazón de los santos. La intención es siempre la misma: destruir. EL apóstol Santiago nos llama a resistir. Basta con no prestarnos a estas luchas que más que estériles, son destructivas en su resultado.
La Guerra es un espíritu del diablo, el que vino a hurtar, matar y destruir. ¿Notaron el orden de sus ataques? Primero te roba las cualidades de la vida cristiana, luego te mata espiritualmente y luego el caos, la devastación. Mira la foto que publico con este artículo. ¿Quieres terminar así?
PD: Silencio en Neuquén. Todo está en calma. EL Señor me llamó a las 03:15 y sentado a la mesa vuelco en papel lo que el Señor puso en mi corazón quién sabe por qué.
Mientras duermes, el Señor vela por la unidad y la integridad de su pueblo.
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TRES CIUDADES JAPONESAS
HIROSHIMA: La alarma sonó temprano cuando el Sistema se activó sobre todo Japón. Toda la gente corrió a los refugios. Pero no hubo bombardeo porque era un avión B29 llamado "El gran artista" que realizaba un vuelo de reconocimiento climático/meteorológico que pasó de largo.
NAGAZAKI: Sucedió lo mismo. Creyeron que no pasaría nada. Pero pasó.
1. Creyeron al aviso y fueron a los refugios.
3. Con sucesos que no ocurrieron desestimaron todo aviso y a la tercera alarma la gente no hizo caso y continuaron sus ocupaciones y actividades con toda normalidad.
¿No sucede lo mismo hoy?
¿No hay mensajes del Espíritu Santo que El Señor vuelve por su Iglesia?
¿Por qué hay silencio "de radio" sobre este suceso. ¿No lo creen?
Tiempo después, diríamos la mitad, ya no permaneció en el refugio sempiterno y desafiaron la adversidad o lo proféticamente anunciado y más tarde muchos, por no decir la mayoría están descreídos, se han enfriado y casi no quieren ni siquiera hablar de esto por temor al ridículo, como quizás le pasó a Noe, cuando la gente se burlaba preguntándole "¡Hey, Noe, ¿Cómo era eso del mar tapando todo? Ja ja ja!.
Pero Noé no fue evangelista. La Palabra lo identifica como "Mensajero de Justicia" y le creyó a Dios y se afirmó en eso, aunque pasaron muchos años sin que pasara nada.
Pero un día llovió. Y también al día siguiente y lo hizo durante 40 día sin parar y sucedió.
¿Le hemos creído al Espíritu Santo? El dice "He aquí el Esposo viene"... pero otros dicen "Bueno, eso es un viejo cuento... desde que tenemos uso de memoria se dice eso de su advenimiento pero las generaciones han pasado y no sucede nada" (Paráfrasis de 2°Pedro 3).
Pedro sentencia: "Estos ignoran voluntariamente". Esto es terrible. No se trata de no tener conocimiento de la Palabra de Dios, sino NO QUERER SABER, esto es no tener ni demostrar interés en lo que El Señor dice a su pueblo. Es algo voluntario y por lo tanto pecado. Una mente vacía, un corazón vacío es un campo libre para las mentiras del diablo.
Pero hay un pueblo que espera al Señor velando, orando y renovando su Fe en Él cada día y permanece al abrigo del Altísimo para que aquel día no nos sorprenda como ladrón en la noche.
La alarma no es para infundir temor a la Iglesia sino para avisar al mundo que el tiempo se acaba. Mientras, la Iglesia despierta en gozo porque por fin le veremos, en el Día de Gloria cuando antes de la destrucción que se aproxima aceleradamente, Él arrebate su Iglesia, cuando ya la Iglesia no tenga nada que hacer en esta tierra.
Dios nos bendiga, y guarde y podamos mantener nuestros ojos en los cielo de donde vendrá nuestro Salvador, el Señor Jesucristo.
Pablo Lucero/ 10 de Marzo de 2021.-
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