Reflexiones Generales

El Sindrome del Nido Vacio

El Síndrome del “Nido Vacío”. (por Pablo Lucero)

Primero quisiera analizar los términos. Síndrome: ¿conjunto de síntomas?, ¿diagnóstico subjetivo? ¿Acaso es diagnosticable objetivamente?¿quien reúne  y relaciona los factores que determinan la presencia o conformación de un síndrome? ¿Lo descubre, lo expone el analizador o la persona que transita por una determinada situación?

Veamos qué dice el diccionario de la lengua castellana: Síndrome: “Conjunto de signos y síntomas que existen al mismo tiempo y que definen un proceso patológico (enfermedad)”.

Ya que quiero analizar el fenómeno del Síndrome del Nido Vacío, debo anteponer en este caso que estamos ante una serie de afecciones físicas y psicológicas que se dan cuando se produce el vaciamiento del “Nido”, es decir, cuando los hijos abandonan el hogar paterno.

Pero sigamos con el breve análisis de los términos. “Nido”. Nótese que no se menciona “casa de los padres”. Una casa está conformada por diferentes habitaciones, confort, tipo de construcción, estado, antigüedad, ubicación geográfica, etc. Pero “Nido” es un término que contiene sentimientos de familia. No de grupo familiar, que es un término más estadístico. “Nido” habla de familia, amor, calor, risas y lágrimas compartidas, proyectos de vida, pasado, presente, y futuro conjugados permanentemente.

Nido”. Ambiente espiritual hecho visible con ramitas, palitos, plumitas, y todo tipo de recursos para brindar firmeza, protección en la familia; calor, sentimiento, amor, lucha, vida.

nido1Y cuando llegamos al término “Vacío”, ya de entrada conmueve. Sabe a despojo, a ruptura, a fin de algo, a dolor, algo que desvela, que rompe con el clima del “Nido”.

Pero si aceptamos que es la ley de la vida que los hijos abandonen el hogar paterno, ¿por qué defino el “Vacío” como algo traumático?. Justamente porque lo estoy mirando desde el síndrome, desde la afección emocional.

El caso de la emancipación de los hijos a veces se toma de manera relajada y positiva. En otros casos, genera depresión, tristeza y sentimientos de soledad y vacío.

Mucho o poco se ha escrito sobre el “Síndrome del Nido Vacío”, y seguramente como resultado de testimonios o confesiones ante un analista o psicólogo. Pero ¿cuántos de los que escriben o comentan esto lo han experimentado en sus propias vidas?. No sé, pero aportaré mi experiencia como padre de tres hijos que a la fecha ya son mayores de edad, pero jóvenes y que comienzan a “volar”, despegando del nido, lo que me generó un cierto miedo, quizás pensando en una caída desde la copa del árbol. Alguien dirá que no es para tanto, otros quizás reirán, otros no entenderán porque no pasan por esta experiencia, aún. Pero lo cuento por vos, que estás pasando algo similar.

Es un fenómeno raro. Es inevitable relacionarlo con la muerte. Pero ¿tan trágico puede ser?. No. No es tan trágico. Pero es un sentir relacionado desde la afección del síndrome. Es como el gusto amargo del que tiene fiebre. A otros el mismo alimento sabe dulce. ¿Quién describe mejor el dolor sino aquel que lo sufre?. Aunque es sabido que superado el momento, es posible que cause cierta gracia recordar la desesperación y el desánimo del momento. Pero el síndrome en su momento afecta.

Síndrome del Nido Vacío. Existe. Afecta por dentro y por fuera. Lloras por dentro. Lloras por fuera. Piensas. Sufres. Ríes, y vuelves a llorar. Aceptas y luego te resistes a aceptar. Quieres y no quieres. Les enseñas a volar y llegado el momento te paras en la puerta del nido y calculas la profundidad del vacío y te olvidas de la instrucción que les diste para volar. Desconfías de ellos. ¿o de tí mismo?.

¿Cómo empieza todo?

Desde la niñez nacen los proyectos de nuevas etapas. Han estudiado. Han crecido. Se considera si han madurado. Se analiza esto último porque bien se sabe que el período de la adolescencia se ha extendido hasta los 30 y 35 años. ¿Culpa del hijo? ¿Culpa de los padres? ¿Comodidad? ¿fenómeno psico/social?. Lo cierto que de todas maneras llega el día del viaje inaugural y que también puede ser definitivo. Partir. Irse sin irse en realidad porque la relación no se rompe, pero el tema, el caso, es la sensación de vaciamiento.

En los tiempos previos contribuimos a la educación profesional de nuestros hijos, los impulsamos a aprender un oficio. Les mostramos como se administra un hogar porque les servirá en el futuro.nido2

Los vemos crecer. Empezamos a sentirnos orgullosos de ellos; y empiezan las comparaciones: “salió a mí” o “Será como su madre”. “Es como su abuela”. Sana jactancia. Queremos que sean hombres y mujeres buenos, exitosos, que triunfen no solo en lo laboral, sino también que puedan construir su propio “Nido”. Soñamos con su descendencia que también es la nuestra, nuestra proyección, la extensión del nido, la perduración del calor familiar y no solo del apellido.

Pero no pensamos en la crisis de la partida de aquellos que ya no son pichones. Pero llega.

Primero pensamos en los preparativos, pero rehuimos pensar en el día D. Ya está gestándose el síndrome y no hablamos de esa crisis que seguramente se dará, a pesar de que aún estamos todos en el nido. Hay una especie de negación. Decimos que estamos felices pero ocultamos un incipiente dolor.

Claro que todo depende del tipo de relación con los hijos, máxime en estos tiempos de tanta individualidad, de tanta independencia. De tanto desamor, donde es posible notar la indiferencia que se da entre los miembros de una familia. A veces hay una convivencia obligatoria y algunos padres suspiran deseando que los hijos busquen sus propios destinos pero pensando en sí mismos y no en los pichones. Otras veces son los hijos que quieren crecer rápido, tener la mayoría de edad para decidir por sí mismos sin la interferencia de los padres. Todo es posible y hay más situaciones. Cada hogar es un mundo, dice un dicho popular. Pero cuando hay amor, contención, es diferente.

Pero yo quiero seguir centrado en relación del amor familiar donde puede darse el fenómeno del Síndrome. No quiere decir tampoco que quienes no lo sufran, no aman a sus hijos. Algunos especialistas opinan que puede haber culpa. Quizás suceda cuando la inminente partida del hijo/a sacude el ambiente familiar y los padres concluyen en que han estado ausentes y el hijo partirá sin haber gozado de la relación con sus padres.

Pero sigo centrado en la situación de la presencia del síndrome en una familia que se ama, donde todos “están”, y no solo físicamente, sino en lo afectivo, en lo espiritual. Si somos tripartitos (espíritu, alma y cuerpo), el nido se relaciona en todo también, es lo deseable.

Me cruzo a la vereda de enfrente, es decir lo miro desde afuera y en algunos casos veo familias que se tratan como extraños y hasta como enemigos. Padres que maltratan a sus hijos, hijos que maltratan  a sus padres, hermanos entre sí. No creo que alguna vez vayan a sufrir el síndrome; cuanto mucho habrá culpa y remordimiento y lógicamente palabras infladas para definir una relación familiar inexistente. Algunos hasta han cantado a su madre, pero cuándo han hecho sufrir a esa madre. O viceversa.



Antagonismo.

El Síndrome del Nido Vacío y la Pérdida del afecto natural son antagónicos. Están en los extremos. Ambos deben ser superadosnido3

El Síndrome del Nido Vacío es una patología, dicen los especialistas; ¿cómo lo definiría Ud.?

Es paradójico considerar enfermedad a un sentimiento más bien ligado al amor ¿no le parece?

En los días previos a la partida aparecen recuerdos, los mismos recuerdos de otro momento pero con un sentimiento diferente: una mezcla de alegría, tristeza, resignación, negación. Se habla mucho, pero es más lo que se piensa. Las miradas denuncian, los ojos sobre todo nos descubren. No faltan los consejeros que casi siempre son ajenos al Nido; consejos que relativizamos justamente por eso, porque no son del nido, aunque nos amen.

¿Sirve alguna terapia? Seguramente sí. Pero es cuestión de tiempo; y de que tanto padres como hijos mantengan una relación fluida en los primeros tiempos, el equivalente a la sanidad interior.

El Síndrome tiene algunas características especiales: Miras a tu hijo/hija y ves al pequeño/a que tuviste en tus brazos, al que enseñaste a caminar, al que aprendió a tu lado. Por momentos miras y ves un pájaro listo para volar, y al instante vuelves a ver un pichón. Confías y temes. Quieres y no quieres.         Una cosa que sucede es que cuando lo cuentas, algunos se ríen diciéndote “déjalos volar”. Tienen razón. Justamente los hemos preparado para eso. Entonces callas para que no se rían. Si hablas terminas admitiendo: ”si, es verdad, pero bueno, ya se me va a pasar” y te reprochas haberlo comentado. Entonces comienza una etapa de lucha interior. Tomas en cuenta que en el Nido aún hay otros y no debes desanimarlos. Te muestras fuerte y contento. Pero por dentro, sufres. La soledad afecta porque tu mente no para de pensar. La noche suele ponerse difícil especialmente cuando apagas la luz de tu dormitorio hasta que te vence el sueño. Pero empeora cuando te despiertas a las 3 o 4 de la mañana y te desvelas. Y sigues ocultando tu pesar. Debes mostrarte fuerte. Pero sufres.


Otra característica del síndrome se presenta cuando entras a su habitación. Quieres entrar y a la vez quieres huir enseguida. Quieres abrir la puerta y la cierras casi enseguida. Ver las pertenencias que quedaron. Tenemos una perra Dálmata que busca a mi hija. Huele algo de ella y se desespera buscándola en toda la casa. Nos parece que está triste. ¿Se entristecen los perros porque una hija partió? Estamos todos, pero sigue oliendo su habitación. ¿Es así o es un efecto del Síndrome que te sensibiliza?.

Otra característica del Síndrome es: “a quien le cuento”, “se reirán de mí”, “me aconsejarán desde la otra orilla”. “mejor me callo” “ les digo a todos que estoy feliz, sabiendo que el dolor opaca una felicidad que realmente tengo”. Es un eclipse. Hay que esperar que termine su proceso para que el sol vuelva a brillar a pleno.

Y otra característica se da en el entorno. ¿Está la Iglesia en condiciones de acompañar? ¿Se dan cuenta el Pastor y los miembros de la congregación que es posible que esos padres estén sufriendo el Síndrome? Algunos exitistas dirán que el cristiano no puede pasar por estos valles. Entonces es de creer que en los bancos de las iglesias puede haber muchos enfermos anónimos y encerrados en un mutismo eterno.

Recuerdo con yo salí de mi “nido”. Olvidé algo y volví a casa y buscando a mi madre la encontré llorando y orando de rodillas por mi futuro. Me arrodillé junto a ella, lloramos juntos y oramos. Y aquel hombre fuerte que fue mi padre, no fue insensible a la situación. Nunca lo ví triste, pero mi madre me contó “tu papá te extraña mucho, siempre espera tu llamada”. Solo Dios pudo darnos fuerzas.

Pero hay algo que me extraña y “no me cierra”: A veces pienso que aquellos miembros del Nido, tanto padres como hijos, que no sufren el vaciamiento del nido, quizás estén muy preparados para enfrentarlo, o quizás yo amé de más a mis hijos. O quizás sea el síndrome lo que me lleva a decir semejante barbaridad.

Si bien habrá más características del Síndrome, voy a concluir diciendo que no es solo la partida y la ausencia de ellos. Es el silencio. Los gritos de los hijos peleando, corriendo, gritando, siempre fue música de primer nivel para nosotros, los padres. Y recoger ropa, mochilas, retarlos para que coman. Para que hagan sus camas, un ejercicio que extrañaremos. El Nido es un Sagrado lugar, con todo el bullicio. El santuario donde se almuerza lo que hay, lo que se puede. Se trabaja más que en el oficio que desarrollamos fuera de la casa. Lo sabrá cada ama de casa. Y los padres varones.  Y antes de dormirte extrañas no ir a sus dormitorios para ver si están abrigados.

Antes, al salir de compras, siempre acabas comprándoles ropas y lo tuyo lo dejas para más adelante, total, todavía “tiramos”. Hoy sales a comprar, y compras para vos,  y sientes que los traicionas, que no les compraste nada. Parece una locura, pero parte del síndrome.

No debe ser criticado quien lo padece, sino acompañado, aconsejado y no intentar hacerlo “reflexionar” ligeramente, ya que es una sensación de pérdida. Parece exagerado, pero es el sabor amargo del síndrome que debe ser superado con tiempo, paciencia y amor.

La partida del hijo/a y el consecuente dolor puede ser atenuada con visitas periódicas, llamadas telefónicas para que padres e hijos puedan acompañarse mutuamente hasta que todos superen el dolor y se acostumbren al cambio. (Los hijos también lo sufren).

nido4El nuevo período de la pareja paterna es una gran oportunidad para recuperar tiempo para la relación marital. Rencuentro con la etapa amorosa y privada que de alguna manera se desplazó por la crianza de los hijos. Una nueva etapa para conversar de temas propios del matrimonio, viajar, nuevas experiencias. Pero es necesario obtener salud emocional.

Dice la Biblia que Jesús vino a sanar a los quebrantados de corazón, a liberar a los presos de las emociones de esta naturaleza. Jesús puede sanar el corazón tanto de padres como de hijos. Hay que orar y sincerarse con El Señor. ¿Por qué? ¿Acaso mentimos? No.  Solo hay que orar con entendimiento. Hay que abrir el corazón y contarle lo que no le contamos a nadie, algo así:

“Señor, Me siento muy mal mostrándome bien  ante todos, aunque por dentro estoy destrozado/a. No debo decirles a mis hijos lo que siento para no desanimarlos. Tampoco lo digo a los de mi entorno porque parecen no entender. Me siento ridículo/a llorando cuando en realidad debería estar rebosante de felicidad. Gracias por mis hijos. Ahora, oro como Tú le pediste al Padre: ”yo los he cuidado, ninguno se perdió. Ahora los encomiendo en tus manos a tus seguros cuidados”. Ayúdame a superar esta momentánea aflicción. Sáname. Ayúdame a aprovechar los tiempos y las ocasiones para seguir ayudando a mis hijos porque aún me necesitan en algunas cosas. Y el tiempo restante, ayúdame a usarlo en lo que aún necesita este Nido un poco vacío, porque pronto vendrán los nuevos pichones y otra vez este nido será un centro bullicioso. Gracias por mis hijos. nido5

En todo debo reconocer que me has hecho feliz dándomelos.”

Para los miembros y Pastor de la Iglesia, sugiero observar estos “movimientos” en los nidos y procurar asistir a los padres, de ser menester.

Y si sembraste amor en tu “Nido”, recogerás cuantiosos frutos a corto o mediano plazo.

 

Conclusión:

Si te ha servido este comentario, escríbeme contándome tu experiencia y agregando puntos de vista que estén relacionados con este tema. Te recuerdo que yo estoy aprendiendo también con lo que esta vida nos trae. Dios te bendiga.

Pablo Lucero/abril de 2012

Los Herreros de Israel

Los Herreros de Israel.   

Por:Pablo Luceroherreros1

  Hace unos años, muchos leyeron con gran interés el librito “¿Cuál camino?”. Hace unos pocos años algunos han dejado de preocuparse por las diferentes religiones y han empezado a preguntarse “¿Cuál Iglesia?”. Después la pregunta fue: “¿Cuál Pastor?” y últimamente: “¿Cuál Mensaje?”.

En el primer caso la gente común solía decir ante la diversidad de creencias religiosas: “Todas las religiones conducen a Dios”. Pero el desengaño, los abusos, la hipocresía religiosa, el vacío espiritual y otros síntomas llevaron a la gente creyente a diferenciar las religiones y muchos llegaron a las Iglesias cristianas evangélicas de diferentes denominaciones y se quedaron por años, muchos de los cuales aún perseveran.

Fue la época de Oro, al menos en  lo aparente. Eran tiempos en que los creyentes sintetizaban la situación en un coro que se cantaba en muchas iglesias: “no me importa a la Iglesia que vayas, si detrás del calvario tú estás; si tu corazón es como el mío dame la mano y mi hermano serás”.

Época en la que los creyentes visitaban otras y muchas Iglesias; se conocían entre sí, conocían y escuchaban a otros Pastores y posteriormente se produjeron movimientos y éxodos dejando como resultados Iglesias grandes y Iglesias pequeñas. Los grandes edificios atraían a los creyentes y a los fluctuantes.

Luego, los mismos síntomas experimentados con las religiones (véase el párrafo anterior) empezaron a sentirse, y los creyentes empezaron a buscar, ya no “¿Cuál Camino?”, sino “Cuál Iglesia?”.

También atraían a las multitudes los Pastores carismáticos, locuaces, muy instruidos en la Biblia al frente de numerosas congregaciones. Aparece el término “El Gran Hombre de dios”  (¿les llama la atención que haya escrito Dios con minúscula? ¿No es verdad que la gente llegó a reverenciar más al Gran Hombre que al Señor?)

Independientemente de lo que se diga o se admita, hay que reconocer que muchas personas solían ir a esas grandes iglesias por el solo hecho de ser grandes y muy concurridas. El fenómeno todavía se da aunque no de la manera antigua.

Época de Oro para muchos. Grandes compromisos con la obra material, de expansión denominacional y misionera. Mucho énfasis en el término “Nuestra Iglesia” con orgullo y en algunos casos con soberbia y jactancia.

herreros2Ahora quedaba establecido que una Iglesia grande es sinónimo de éxito; éxito ministerial y económico. Se concluía cualquier discusión con la frase: “Si no estuviera Dios con nosotros, no estaríamos tan prosperados”. Un éxito que tenía nombre: el del Ministro, Líder, dirigente o como deseen distinguir. Era la Iglesia del Pastor tal, o la Iglesia del Ministerio Equis.

Llegaría, sino simultáneamente, inmediatamente después, la idea de que una Iglesia victoriosa debe necesariamente ser numerosa y actúa el espíritu de los nicolaítas que menciona El Señor Jesús en el mensaje a la Iglesia en Pérgamo (Apocalipsis 2:15). Nico: juntar – Laitas: laicos (gente), o sea juntar gente, Mucha gente. Esto será tomado como éxito. Y se da otro fenómeno conocido: la gente llama a la gente, así como el agua llama a la lluvia o la plata llama a la plata.

La apetencia de éxito ministerial en algunos casos pareció ser una vidriera, pero que en el fondo lo que realmente se buscaba era el éxito económico y ser popular. Esto serviría para llamar la atención sobre el mundo religioso y el mundo político. Es un análisis sencillo: ¿quién llega más fácil a una entrevista con altos funcionarios políticos? .

¿No es acaso más llamativo el hombre exitoso a la hora de establecer algún tipo de relación?.

Pero para eso hace falta Mucha Gente, y no digo muchos cristianos (convertidos), digo GENTE. No importa su situación ante Dios, tampoco el mensaje que se predique; lo que interesa es que la GENTE se quede en la iglesia y se sienta cómoda. Que no haya nada ni nadie que los moleste con doctrina bíblica. ¿Cómo reaccionarán? Concurriendo, comprometiéndose con la visión del líder y sobre todo Ofrendando importantes sumas de dinero. Aquí tenemos Mucha Gente y Mucha Plata, o sea el espíritu de Balaam y de los Nicolaítas en pleno desarrollo. Jesús dijo “Yo aborrezco esa doctrina”.

Pero volvieron a aparecer los viejos síntomas mencionados en el segundo párrafo de este argumento. Se hicieron públicos los pecados ocultos de algunos ministros, tanto Pastores como Evangelistas, con sus respectivas jerarquías internas, y otra vez el éxodo. Algunos se refugiaron en iglesias pequeñas, pero extrañando el movimiento de las grandes masas, buscaron otras mega iglesias. Época en que los creyentes ya habían decidido a qué tipo de iglesia querían concurrir, pero faltaba saber “Cuál Pastor?”. Pero el fenómeno de las Iglesias grandes Vs Iglesias pequeñas siguió.

Al menos a mí, me resulta difícil recomendar a un Pastor o a un Evangelista, incluso a un sencillo Hermano de banco. Pero digo esto en el buen sentido de la apreciación. Cuántas veces nos desengañamos, y no solo de los desconocidos, de aquellos de los cuales solo oímos las referencias promocionales del márketing evangélico. Nos asombra y nos afecta desengañarnos de aquellos con los cuales hemos compartido muchas cosas durante años y los vemos salirse del camino para seguir esa doctrina de Pérgamo. A veces no nos enteramos, pero ante Dios, que nada le es oculto, están caídos de la Gracia.

La traición no solo es contra el Señor Jesucristo, sino contra la misma congregación. Los creyentes creen que lo que se les enseña es verdad y se da lo que denuncia el Apóstol Judas (léalo, tiene solo 1 capítulo con 25 versículos), o lo que dice el Apóstol Pedro en su 2da Epístola capítulo 2 y 3.

Han apostatado de la verdadera Fe y eso enseñan. No a apostatar, pero sí una falsa doctrina que lleva a los creyentes a apostatar, y les enseñan que nadie debe contradecir al Siervo (“no tocar al ungido”) y también enseñan que hay que obedecer al Siervo aunque él esté equivocado.

Jesús dijo “Si un ciego guiare a otro ciego, ambos caerán el pozo” (Mateo 15:10/14). Entonces no es solo la responsabilidad del líder equivocado o que ha prevaricado. Es necesario que todo creyente analice ésta situación. En el juicio final la excusa de que el Pastor lo engañó perderá validez, porque El Señor enseña “Maldito el hombre que confía en hombre” (Jeremías 17) y además tenemos la Palabra profética más segura a la que hacemos en estar atentos y obedecer. (2° Pedro 1:16/19) ¿Lee Ud. La Biblia?.

Hemos pasado por el tiempo de incertidumbre del “¿Cuál camino?”. También hemos pasado por el período del “¿Cuál Iglesia?”. Y también por el del “¿Cuál Pastor?”. Algunos creyentes todavía están en alguno de estos procesos, pero es posible que si buscan Dios de corazón continúen evolucionando y lleguen como muchos otros hoy al período que llamaremos “¿Cuál Mensaje?”.

¿Cuál Mensaje?. ¿Cuál es el Mensaje?. Recuerdo a Pilato preguntarle a Jesús en aquel interrogatorio previo a su crucifixión: “¿Qué es la verdad?”.  Increíblemente este pagano se dio cuenta que había una contienda en lo profundo, en lo subjetivo, entre la verdad y la mentira, y el pueblo siguiendo las directivas de los sacerdotes pedía la muerte de Jesús.

La contienda entre la verdad y la mentira sigue. Y quitar del medio de los de la verdad continúa siendo un objetivo satánico llevado a la práctica por “quienes os perturban y quieren pervertir el evangelio de Jesucristo”, como dijo San Pablo a los Gálatas en el capítulo 1:6/7.

Como la mayoría de los atentados contra un país necesita ayuda interna, así el ataque de satanás contra la Iglesia. Muchos Siervos han sido seducidos por “esa Jezabel” y amando más este mundo se han apartado de la doctrina bíblica, considerándola nociva y contraria a la unidad. Pero San Pablo ordenó a Timoteo “ten cuidado de ti mismo y de la doctrina, porque haciendo esto te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren” (1° Timoteo cap.4:13/16). Doctrina significa “Enseñanza”. Es deber de todo creyente aprender las Sagradas Escrituras. La doctrina del Evangelio no divide ni destruye al cristiano, sino lo acerca más a Jesús. Lo que sí divide es a los cristianos de los creyentes. Recuerde que el diablo y los demonios también  creen. . .y tiemblan!! pero no obedecen. (Santiago 2:19)

Si aquellos que tienen la responsabilidad del atalaya, de prevenir al pueblo, tocan la trompeta con sonido incierto, la gente no sabrá qué es lo que tiene que hacer, pero aun así esos ministros creen están tocando la trompeta. Eso y nada es lo mismo, o quizás peor.

Vale la pena aclarar que la responsabilidad no es solo del Pastor, sino de todos aquellos que enseñan la Palabra, aun en los grupos celulares, o escuela dominicales, etc.

Un ardid de satanás ha sido sacar a los siervos del ámbito de la Iglesia y llevarlos a los de la política donde no han sido efectivos para el Reino de Dios. Otros se han transformado en grandes conferencistas en pro del mega crecimiento de Iglesias, ofertando métodos y planes para mutar una iglesia pequeña en una multitudinaria. ¿Objetivo? Poder. Poder político, social, económico; éxito ministerial, imagen positiva, etc. ¿Aman a las almas o solo están intentando rodearse de ovejas gordas de las que solo buscan lo redituable? Lea Ezequiel 34 cómo Dios descubre estas maquinaciones y la sentencia que les da.

Estando en la etapa del “¿Cuál Mensaje?” también ha llegado el descreimiento, sumado a los síntomas antiguos. Y llegamos a la conclusión de que falta Palabra de Dios. Lo dice mucha gente. Falta Palabra.

La Palabra de Dios es la Espada del Espíritu (Efesios 6:10). Si falta la espada ¿cómo nos defenderemos del mal?; si falta Palabra ¿cuál es la espada con la que atacaremos todo aquello que se levanta contra los principios divinos?

¿El pueblo tiene Espada?. Quizás tenga alguna escondida, pero desafilada, herrumbrada por el desuso.

En 1ra Samuel 13: 19 dice que en todo Israel no había Herreros porque los filisteos habían decidido que ningún judío tenga espada,  así serían más dominables y podrían atacarlos cuando quisieran. Eso sí: les dejaron las hoces, las palas y  las azadas. Todos elementos de trabajo. Es decir trabajar sí, pelear no.herreros3

 Hagamos un breve paréntesis en el análisis: El Estado suele subvencionar los trabajos sociales de no pocas Iglesias, por ejemplo las escuelas primarias o secundarias evangélicas, desde la entrega de un terreno fiscal, parte o todo el costo de los materiales y mano de obra, hasta sueldos de los docentes, su Obra Social  y aportes provisionales, pero no se permite la enseñanza libre de las Sagradas Escrituras, sin embargo las escuelas católicas hasta ofician la misa.

El Estado también contribuye económicamente para los comedores, servicio de copa de leche, albergues, atención de adicciones, etc., pero nunca dejan que algún predicador o un sencillo programa cristiano ingrese a los canales o emisoras públicas que administra el Estado (aunque en honor al tan mentado “pluralismo” deberían permitir estos programas).

También es válido reconocer la mala calidad de muchos programas radiales evangélicos, la mala formación profesional y el escaso conocimiento escritural. Y esto es porque no conocen las Sagradas Escrituras, y lo que se dice al aire ya es conocido y no merece que se ahonde en ello.

Ahora si, volvamos al análisis de fondo. Los judíos para afilar alguna herramienta debían ir a los filisteos y pagar sumas importantes.

¿No pasa eso hoy? ¿Acaso no hay que pagar para simplemente afilen nuestro elemento de trabajo?

Se enseña a servir, pero no siempre se enseña a ser un verdadero soldado de Cristo

¿Dónde están los herreros del pueblo de Dios? ¿Dónde están los que deberían estar fabricando y afilando “espadas” para los Hermanos?

 ¿Nos damos cuenta que el pueblo solo tiene elementos de trabajo para hacer, para   construir grandes imperios religiosos? ¿Se dieron cuenta que cuando llega una persona por primera vez a una iglesia ya se le asigna alguna tarea “para el Señor” (albañilería, pintura, costura, obra social, etc.)

herreros4 ¿Por qué no se toman el tiempo para enseñarle las Escrituras y para analizar temas de la vida y desde la óptica bíblica tomar una postura?

 Todo el tiempo veo que suceden cosas y los creyentes parecen no saber qué decir, o qué hacer al respecto. Crisis política; Corrupción general; problemas matrimoniales; El aborto y la violación; el aborto y la salud; Materialismo; Apostasía religiosa; Rebelión de los adolescentes y jóvenes; Donación de órganos; Dudas sobre la existencia de Dios; Pecados sexuales y legalización de conductas perversas; La realidad del infierno; La duda sobre la justicia de Dios; La muerte y lo que hay después; El miedo a la muerte; La seguridad de la Salvación; La Redención;  La trinidad de Dios; La posesión diabólica en un cristiano; La Santa Cena; L a Profecía; La congregación obligatoria u opcional; La apariencia y el corazón; la verdad y la mentira, etc.

Muchos creyentes no saben qué decir; qué postura es la bíblica antes estos temas y otros. El engaño entró a las iglesias como la cizaña y muchos no saben distinguirlo. No saben cuál  es el billete falso porque no conocen el verdadero; y no hay Herreros que les entreguen “espadas” y afilen las que están un poco desactualizadas.

Los creyentes suelen pasar buenos momentos en los servicios, pero el Herrero no estaba, sino un orador locuaz y simpático que suele introducir algunos chistes y comentarios pícaros para lograr la simpatía de los congregados que reaccionarán como espera, contribuyendo con agrado.

Pero la crisis llega; los filisteos espirituales llegan y les roban y no pueden defenderse.  ¿Algo esta mal? Algo No. Esto, exactamente esto, está mal.

 Veamos cómo el pueblo de Dios reedificaba Jerusalén después del exilio.

 No dejaron las herramientas pero tomaron espadas, y los vemos edificando con la cuchara de albañil en una mano y con la espada en la otra.(Nehemías 4:17) ¿Ve la diferencia? herreros5

 Para terminar esta primera parte, no puedo evitar preguntarme, y preguntarle a Ud.: ¿Y el Herrero principal, el Espíritu Santo? ¿No está en medio del pueblo?   Si está  ¿por qué no hay Palabra de Dios?. ¿Qué espíritu hay entonces?. Para pensar  y orar a Dios pidiendo revelación.

 Muchos creyentes parecen estar a la defensiva al escuchar una predicación, quizás por buenas razones, quizás escuchando y pensando en lo que dice la Biblia; pero otros quizás preparados para rechazar cualquier exigencia divina.

 Recuerde cuando Jesús recrimino a aquellos hombres “mis palabras no tienen cabida en vosotros”, y “os habéis hecho tardos para oír”(Hebreos 5:11), o lo muy específico en las palabras de San Pablo a los corintios “viene cualquiera que predica otro evangelio, que os esclaviza, que os devora, que toma lo vuestro, que se enaltece, que os da bofetada, bien lo toleráis, y para vergüenza mía lo digo, en eso fuimos demasiado débiles” (2° Corintios 11:20)

Y esto sí que es serio. Muchos creyentes soportan, agachan la cabeza y obedecen a este tipo de falsos ministros y no se quejan, pero como se rebelan contra Dios!!! Argumentan contra las Escrituras, suponen un Dios de amor no exigente, libre, abierto a todos. Y lógicamente cuando llega un Siervo de Dios con el verdadero Mensaje de la Palabra, se escandalizan y se rasgan las vestiduras. Son personas que han sido enseñadas a sujetarse y servir al hombre y no a Dios.

Pasa el tiempo y muchos, en un acto de valiente reconocimiento dicen que ésta es la verdad, pero habrá que ver si tendrán fuerzas para detenerse en el camino, mirar, preguntar por las sendas antiguas y empezar a transitar por ellas. Muchos no pueden a pesar de saberlo.

Para aquellos que ministran o enseñan la Palabra de Dios: pueden ser Herreros de Dios o simplemente capataces de una obra material e instrumentos de ese que quiere un pueblo ignorante, pobre espiritualmente y muy parecido a los de la iglesia en Laodicea: ricos en lo material y físico, pero  pobres, ciegos y miserables en lo espiritual. Tibios, ni fríos ni calientes a los que el Señor los vomitará de su boca. ¿Es fuerte no? Habla de que le da asco y no los tolerará mucho.

El día del arrebatamiento desaparecerá la Iglesia. Al día siguiente los edificios de nuestras iglesias estarán llenas de convencidos, pero sumidos todos en una angustia inimaginable.

“¿Qué hacer?”. Pida perdón a Dios y búsquelo incondicionalmente. El no tomará por inocente al pecador, y el pecado no es está solo en el que hace lo malo, sino también en aquel que sabiendo hacer lo bueno no lo hace. (Santiago 4:17)

Agradeceré su comentario. Escríbame a los correos mencionados en la página de inicio.

Pablo Lucero  -    Ministerio Tiempo de Crecer  Neuquén, 05/11/2011

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